A debate: 2014, el año de las primarias del PSOE

César Calderón, consultor político y director del ThinkNet ‘Pensamiento Público’

Es difícil destacar a uno solo de los llamados padres fundadores de los Estados Unidos de América, ya que todos ellos reunían un buen número de virtudes cívicas además del arrojo político necesario para entrar en conflicto con el imperio británico, sin duda la potencia hegemónica de la época.
De los debates suscitados entre ellos siempre me ha parecido especialmente relevante el cruce de visiones respecto modelo político de la naciente república entre James Madison y Thomas Jefferson, en la que –a grandes rasgos– mientras el primero defendía un modelo de democracia representativa, el segundo abogaba por una democracia directa.
239 años después de la reunión del congreso continental que dio comienzo a la independencia estadounidense y lugar a ese debate, el PSOE realizó en Noviembre del pasado 2013 una conferencia política en la que entre otras muchas resoluciones, decidió abandonar el modelo representativo Madisoniano y echarse en brazos de la democracia directa de  Thomas Jeffersona la hora de elegir a su candidato a la presidencia del gobierno, habían nacido las primarias.
Muchas cosas van a cambiar en el PSOE tras esta decisión que sin duda conlleva un reposicionamiento del centro de gravedad del partido, pasando este desde los militantes representados por sus delegados en un comité federal, detentador histórico de la legitimidad para realizar esa elección, a un nuevo cuerpo formado por una masa ciudadana compuesta por militantes y no militantes que tomarán esa decisión de forma directa, libre y secreta. Todo un ejercicio de devolucionismo que va a cambiar tanto las reglas de juego como el paisaje político de la izquierda española.
Los socialistas españoles, como antes los franceses o los italianos del PD, van a iniciar de esta forma un nuevo camino lleno de retos, dificultades y oportunidades, y si son capaces de realizar unas buenas primarias, estas sin duda pueden crear un tsunami democrático y de ilusión que  les van a situar de nuevo en disposición de ganar las diferentes convocatorias del maratón electoral que tenemos por delante en 2015 y 2016.
Pero, ¿como deben ser esas primarias para el tsunami del que hablamos se produzca? Aquí tienen unas cuantas de las condiciones necesarias:
1.-  Masivas
No basta con unas primarias para salir del paso en las que participen los militantes y sus familias, eso se lo pueden permitir –con todo el respeto– formaciones minoritarias de escasa militancia y menor ambición. Buena parte del éxito que ha llevado a Hollande a la presidencia francesa ha venido de la mano de un proceso en el que más de dos millones de ciudadanos se movilizaron un sus primarias, exactamente igual que en Italia.
Unas primarias “cortas”, en las que los candidatos cuenten con una estrecha ventana de oportunidad para hacer campaña, además de generar frustración, no serán capaces de movilizar la masa crítica ciudadana suficiente para que la pulsión de cambio se capilarice en la sociedad española.
2.- Transparentes
Ha de ser un proceso transparente desde su inicio, con reglas claras e iguales para todos los candidatos que se decidan a participar. Y esta  transparencia debe incluir también a la parte económica de las mismas.
3.- En red
Internet debe convertirse en el centro del debate de las primarias, su reducido coste y su enorme alcance hacen de la red el instrumento idóneo para que los candidatos presenten sus proyectos a la ciudadanía.
4.- Con los mejores candidatos
Hay que echar el resto, si los socialistas desean dar el aldabonazo deben jugar a fondo en este proceso, ofreciendo a la ciudadanía los mejores candidatos de su extenso banquillo. Candidatos de distintos perfiles, de diferentes generaciones, con diversas procedencias y prioridades, todo un catálogo de héroes del socialismo democrático que sean capaces de llevar a las urnas a centenares de miles de ciudadanos.
5.- Conociendo las dificultades
No va a ser un proceso sencillo, desde el punto de vista organizativo el reto es gigantesco y no admite errores. El escrutinio de la ciudadanía  y de la prensa va a ser excepcional y se va a producir en tiempo real, teniendo además que lidiar con otro elemento potencialmente conflictivo que no es otro que  las preferencias más o menos evidentes de los distintos grupos de comunicación  y de los diferentes intermediarios sociales que tratarán de marcar el terreno de juego con las poderosas herramientas de las que disponen.

Redacción Getafe Capital