El 80% de los niños pobres serán adultos pobres

amiquienmerescata«Las clases altas heredan patrimonio; cuentas bancarias, tierras, propiedades, beneficios opacos de los paraísos fiscales, estatus social, estrategias de poder… las clases de la pirámide social baja, heredan y reproducen la pobreza y la exclusión social  de sus progenitores; el paro, la precariedad laboral, la dificultad económica de llegar a fin de mes».

En España según el INE (Instituto Nacional de Estadística) en junio de 2015 éramos  46.423.014 habitantes. Dentro del conjunto los menores de 16 años son 7.911.022 (17%). En Getafe somos 178.000 habitantes y la infancia entre los 0 y 15 años alcanzaba los 29.091 (16%). El reciente estudio de UNICEF (abril 2016) señala que más de un tercio de los menores españoles vive en riesgo de pobreza o exclusión social. Somos el sexto país con más desigualdad infantil en materia económica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y el cuarto de la Unión Europea (UE), tan solo por delante de Rumanía, Bulgaria y Grecia. En la misma dirección, el informe de FOESSA  (7 de abril de 2016), bajo el título “La transmisión intergeneracional de la pobreza: factores, procesos y propuestas para la intervención” concluye que el 80% de los niños pobres serán adultos pobres. La desigualdad de oportunidades ha desplomado el ascensor social que permitió en la España de los 80 el acceso a la universidad de los hijos con padres sin estudios, gracias a una educación pública.

Son muchos estudios e investigaciones que nos vienen a decir que la situación se ha agudizado con la crisis económica porque «cuando el desempleo, la precariedad y la deuda arrasaron con los ingresos de los hogares…, la respuesta de las instituciones públicas fue retirar el débil entramado de protección social que se había construido durante años, lo que situó a España en la peor dirección posible». Importa destacar que justo en el momento del inicio de  la crisis se eliminó  los 2.500 euros dada por nacimiento o adopción. Seguido de la reducción de la prestación por hijo a cargo de la Seguridad Social para menores de 3 años de 500 euros hasta 291. España es uno de los países con menos gasto en protección social a los niños y niñas y sus familias, con el 1,4% del PIB, frente al 2,3% de la media comunitaria.

Los efectos de estas políticas de racionalización del gasto -en nombre de la estabilidad del sistema financiero- tienen su impacto en todos los territorios  y evidentemente su expresión en Getafe, haciendo más difícil la atención a los que más lo necesitan que suelen coincidir con quien tiene mayor riesgo de pobreza y exclusión: ahí están las manifestaciones de los movimientos educativos (AMPAS, Plataforma por la Escuela Pública, Escuela Abierta…) contra la reducción del profesorado, la  limitación drástica de los programas de compensación educativa y aulas de enlace, y consecuentemente, el aumento las ratios en las aulas. A ello vino a sumarse la reducción de las ayudas y becas relacionadas con los estudios, los libros de texto y el servicio de comedor para los niños de familias con pocos ingresos.

Se ha reducido la capacidad distributiva del Estado y, por tanto, aumenta la desigualdad. Se ha permitido una fuerte acumulación de los ingresos, la riqueza y el poder en una élite económica que cada vez se escinde más del resto. Ahí están la multitud de ejemplos y documentación como los más ricos y poderosos evaden impuestos, defraudan la Hacienda Pública, y no quieren solidarizarse con la distribución del gasto público. Aunque la palabra Patria y la Unidad Nacional la tengan siempre en la boca. El presente de muchas personas, pero especialmente el futuro de nuestra sociedad depende de cómo protejamos la infancia y la familia. Nuestra sociedad no puede permitirse embargar el bienestar futuro por no querer afrontar el presente de nuestros niños y niñas.

POR UN PACTO  POR LA INFANCIA

No hay ninguna posibilidad de cumplir los derechos de la infancia  si no hay un esfuerzo decidido del Gobierno y del Municipio para reducir la brecha que separa a unos niños de otros. Cada uno debe asumir su propia responsabilidad. En esto coinciden la mayor parte de las entidades sociales.

  1. En primer lugar corresponde a los servicios públicos (Gobierno municipal) informar de la situación de la Infancia con mayores carencias y necesidades sociales, también de las potencialidades y sinergias de la infancia y de las entidades. Sin este análisis y diagnóstico resulta difícil hacer propuestas a medio y largo plazo.
  2. En relación a la distribución territorial, plantear dos consideraciones:
    • atención a los barrios  donde vive una mayor proporción de niños y niñas menores de 16 años: El Bercial,  Getafe Norte, Perales del Río, los Molinos y Buenavista y;
    • los barrios  de la Alhóndiga, las Margaritas, Juan de la Cierva… con porcentajes algo inferiores de presencia infantil pero los indicadores de pobreza severa y exclusión social presentan mayores índices.
  3. Disponer de prestaciones de los servicios sociales, de una dotación económica suficiente que afronte las necesidades básicas de los hogares. Junto con fomentar la red comunitaria, en concreto atención psicoeducativa y apoyo a las actividades en centros abiertos a favor de menores.
  4. La educación es un factor clave para entender la desigualdad, tanto por su capacidad para reducirla y evitar su transmisión intergeneracional. Se trata de  generar un espacio educativo inclusivo y de socialización que permita la educación integral de la infancia, animando al desarrollo de todas las potencialidades personales y sociales.
  5. El carácter multidimensional de la Transmisión Intergeneracional de la Pobreza precisa una acción coordinada de cada uno de los servicios y prestaciones proporcionadas por los distintos organismos públicos a las familias (educación, empleo, salud, orientación familiar, vivienda etc.). Es decir, atender a la infancia no puede ser una intervención basada en un solo elemento o atender a alguna carencia concreta.
  6. Nada de ello es graciable. Es vital la presencia de la ciudadanía organizada, de los movimientos sociales que presionan y proponen. Especialmente el apoyo y fomento de los Movimientos de Infancia, para el despliegue de todas sus potencialidades. Es un referente abierto para la transición hacia una Ciudad del Cuidado, donde empieza por los cuidados de la infancia y se extiende a toda la trama social.

 

Redacción Getafe Capital