Se les rompió el amor… ¿de tanto usarlo?

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OPINIÓN/La piedra de Sísifo (14/02/2017) – Es triste, muy triste, publicar la crónica de un desamor un 14 de febrero. Quizá no supimos ver las señales que estuvieron ahí desde siempre sin que, torpes de nosotros, reparáramos en su presencia. Lo cierto es que no parecía tener mucho futuro una relación cuya presentación discurrió con un diálogo de sordos:

  • ¿Cómo te llamas?
  • POSI
  • ¿Pozí?
  • No, POSI ¿y tú?
  • AG
  • Tampoco es para ponerse así, si no te gusta mi nombre lo respetas, pero no me hagas gestos de asco.
  • No, que mi nombre es AG, de Ahora Getafe.
  • ¡Ups, qué fallo! ¿Y si vamos a tomar algo?
  • Vale, tengo un rato antes de las elecciones…

El caso es que, para bien o para mal, su relación ha durado dos años hasta su sonora ruptura pero cuentan que desde hace meses ya ni hacían vida de cama ni nada. Ambas partes albergaban alguna esperanza de poder arreglarlo pero el orgullo, siempre el orgullo, impidió cualquier acercamiento, “yo no he hecho nada malo y no soy quien tiene que dar el primer paso”, pensaban a la vez. Y todo por un “quítame allá esos votos” otra pareja que cae por Internet, y van…

Pensará cualquier optimista que mientras no hayan puesto el asunto en manos de abogados aún hay esperanza. No pinta bien. El momento en que le pusieron a su padre, que vivía con ellos en un cuartito, sin molestar, las maletas en la puerta y lo despidieron con un sonoro portazo, ese momento fue el de NO retorno. Si ofendes a los padres de tu pareja, abres una versión corregida y empeorada de la Caja de Pandora; ves tu relación invadida por todos los males del mundo, pero sin esperanza alguna a la que agarrarte.

Ahora son los amigos de ambas partes los que se verán en situaciones comprometidas: Cada uno dará su versión y exigirá complicidades. Además, las amenazas esas que siempre se dicen con la boca chica: “El día que yo hable, arde Troya…”, esas palabras dejarán de ser amenazas para convertirse en realidades de un toma y daca sin piedad. Porque siempre pasa igual, las acusaciones mutuas van ganando en calibre y, a poco que se esfuercen, terminarán en el Tribunal Penal Internacional.

Lo malo siempre son las víctimas inocentes, 21.000 criaturitas que confiaron con mucha ilusión en ellos, en su buena fe y su firme compromiso y ahora se ven sin un mal representante que merezca ese nombre.

La Secretaría del Pleno, siempre tan atenta, ya ha encargado un luminoso de neón del Heartbreak Hotel, para el Grupo de los NO adscritos, mientras suena Elvis de fondo.

1 Comment

  1. Miguel Ángel

    19 febrero, 2017 at 11:28

    El futuro lo ganará quien ponga empeño en superar las dificultades.Los cánticos melancólicos a la oportunidad perdida y la ilusión a corto plazo hacen un flaco favor al porvenir.