Cuando la escuela pública no es pública

GETAFE/El aula sin muros (15/11/2018) – En una reunión con familias de centros de Getafe, damnificados por el modelo de construcción por fases que lleva a cabo la actual Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, se lamentaban de que el Consejo Escolar de su centro se convocaba de forma inamovible en la hora de exclusiva del profesorado y que sus jornadas de trabajo les impiden asistir a esas horas.

Son familias que apuestan decididamente por la enseñanza pública que, a pesar del deterioro programado de lo público que practica el gobierno del PP, creen que la escuela pública tiene un valor superior, porque es más inclusiva, porque no se rige por criterios de mercado, porque prefieren confiar sus hijos a un profesorado seleccionado por criterios objetivos… Personifican los valores de un pueblo trabajador, como Getafe, capaz de luchar por sus derechos democráticos y por la dignificación de los servicios públicos

Quizás no es necesario recordar que los servicios públicos son una gran conquista de los trabajadores, porque garantizan el derecho a la sanidad, la educación, los cuidados sociales… de todos y todas y que por ello la ideología neoliberal mantiene una dura cruzada en su contra.

Los movimientos de renovación pedagógica promovemos un modelo de Escuela Pública, universal, gratuita, científica, democrática, inclusiva, laica, ecologista y pacifista y también creemos que este modelo solo se construye dentro del espacio de la enseñanza de titularidad pública, porque es la escuela del pueblo (populus). No es la escuela del estado, ni de los enseñantes, ni de los padres y madres en exclusiva. Es la escuela de todos y todas porque la educación atañe no solo a las personas directamente implicadas sino a toda la ciudadanía.

Desafortunadamente muchas de nuestras escuelas, de titularidad pública, todavía se encuentran alejadas de estos parámetros y una de las carencias que se manifiesta con demasiada frecuencia es la democracia.

En la actualidad el mecanismo se sustenta en un Consejo Escolar estamental, donde las familias siempre tuvieron escasa relevancia y que, además, la actual administración educativa se ha preocupado de vaciar de contenido. Si anteriormente era decisivo, al menos en el nombramiento de director y en decisiones pedagógicas, en la actualidad ha perdido buena parte de esas funciones en beneficio de una dirección personalista, cuyo nombramiento decide la administración que intenta, por todos los medios, mantener controlada.

La escasa participación de las familias se dificulta aún más cuando los centros que tienen jornada continua deciden hacer las reuniones del Consejo Escolar de 14.00 a 15.00 horas, que es el periodo de dedicación exclusiva del profesorado, en la que habitualmente se realizan funciones pedagógicas de coordinación, programación o realización de las innumerables gestiones burocráticas que, de forma agobiante, debe realizar el profesorado. A eso se aferran muchos equipos directivos para convocar el Consejo Escolar, sin tener en cuenta la normativa (**) que, aunque de forma difusa, plantea que el Consejo Escolar debe convocarse “con el horario que posibilite la asistencia de todos sus miembros”.

Pero no queremos nosotros apelar al poder coercitivo de la ley sino al convencimiento del profesorado de los centros públicos educativos de la función social que desarrollan, del compromiso ético con la promoción de una escuela pública de calidad, uno de cuyos rasgos más distintivos es la participación democrática de todos los miembros de la comunidad educativa. Las familias de nuestros alumnos cumplen un papel fundamental y son protagonistas fundamentales en la tarea de avanzar hacia ese modelo educativo que proponíamos al principio.

Es cierto que el profesorado de Primaria, a diferencia del de Secundaria, no obtiene ningún reconocimiento por su participación en las reuniones del Consejo Escolar, que la actual administración educativa no está precisamente interesada en facilitar las cosas, que no desea la participación de las familias en la escuela y que prefiere mantenerlas lo más alejadas del centro todo cuanto sea posible, pero el profesorado debemos ser conscientes de que las familias son miembros activos fundamentales de la comunidad educativa y que son nuestro natural aliado contra este programado deterioro de la enseñanza pública que estamos sufriendo en la actualidad. Si no entendemos esto no despejaremos nunca el camino hacia ese modelo de Escuela Pública que proponíamos al principio y que debemos ir construyendo entre todos y todas cada día.

Escuela Abierta es un movimiento de renovación pedagógica que surgió en Getafe en el año 1981 y que tiene entre sus objetivos la construcción de un modelo de Escuela Pública universal, inclusiva, científica y laica.

** Artículo 19 del R.D. 82/1996 de 26 de enero, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de las Escuela de E. Infantil y los Colegios de Educación Primaria. BOE del 20 de febrero.

 

Redacción Getafe Capital