La evolución del juego en la sociedad

GETAFE/Varios (22/11/2018) – Desde la Antigua Roma hasta la actualidad, la pasión por el juego en la sociedad ha estado presente. Incluso mucho antes.

El afán de ponerse a prueba frente a oponentes es uno de los comportamientos más ancestrales que existen y, en este sentido, es a través del juego donde más se retaban, sin consecuencias aparentes, en distintas épocas.

Desde que se legalizaran las apuestas hace más de dos siglos, la forma en la que los ciudadanos se han aproximado a los juegos de azar ha sido muy distinta. Desde las loterías clásicas, pasando por la de Navidad o incluso por la elegancia de los casinos que hoy han pasado a ser una modalidad de casino online, hay una larga historia que ha servido de plataforma a muchos para ganar dinero y también, por qué no decirlo, prestigio.

Muchas son las partidas de póker que han sido inmortalizadas en las cintas del lejano oeste como una de las aficiones más habituales para los parroquianos, incluso poniendo a prueba después su destreza a la hora de salir con vida y con el dinero en muchos casos, pero sin duda, ha sido la larga historia de los casinos, con la elegancia que transmitían.

Ver los vestidos de las damas, que se engalanaban también en joyas y que acudían a las fiestas, a los apuestos señores vestidos casi siempre de smoking y paseaban entre las mesas de juego era también un ritual que se había asociado a una clase social elevada, con un rango diferenciable en la escala social.

El paso de eso a la llegada de pantallas, con juegos que se cargaban o incluso con los primeros móviles que dejaban jugar a juegos básicos entre trayectos fue una gran revolución.

Pero la llegada de internet, sin duda, ha supuesto una nueva forma de entender el juego. Apostar hoy en día y jugar a la lotería online es una realidad a la que cada vez más gente se adhiere. La facilidad de echar la quiniela, la primitiva, conseguir el número elegido o incluso poder jugar a la ruleta online ha hecho que la forma de entender este tipo de ocio haya cambiado sustancialmente.

Redacción Getafe Capital