De cuando la felicidad te hace llorar

GETAFE/Rincón psicológico (12/04/2019) – Decían que las lágrimas venían acompañadas por el dolor, el sufrimiento y esa tristeza de la que muchas veces nos vemos empañados pero, ¿qué sucede con las lágrimas de la felicidad, las lágrimas del amor y las lágrimas de la plenitud?

Nos enseñaron que llorar era de débiles pero ¿es que se puede ser fuerte, si es que el término para esta ocasión lo requiriere, ante la muerte de un ser querido?

Nos enseñaron a esconder las lágrimas, a ser evitadas, silenciadas, de esta forma crecimos haciendo de ellas un verdadero homenaje a la discreción para con ellas.

Este fin de semana asistía a una boda, una boda muy especial, en familia, en intimidad y muy, muy emotiva. La persona que contraía matrimonio era un amigo, de esos amigos que llegan a convertirse en hermanos, de esos amigos cuyas historias de amor se hacen en parte tuyas por todo el seguimiento y el amor que pone en la escucha de los detalles. Escuchar un SÍ QUIERO en intimidad con sentido a la mujer que sabes querrás acompañe tu vida es un motivo para llorar, emocionarse y en definitiva sentir.

Esta semana asistía al tanatorio para despedir a un gran amigo de la familia, hacía unos días le había acompañado en el hospital y nadie intuíamos su final y ahí mis lágrimas hablaron también mucho.

Los que me conocéis personalmente y como profesional por haber asistido a mis consultas sabéis la revelación personal de mi día a día que suelo hacer en sesiones, es una forma de mostrarme ante vosotros real, me sale de forma natural, es una forma de cercanía para con vosotros y para mí que hace de las sesiones un encuentro especial y real donde desnudarse profundamente se convierte en un viaje mucho más fácil y cómodo y esta semana creo os compartiré mucho esto de los sentimientos, del llorar, de las lágrimas y de no ser escondidas, y de esas lágrimas de felicidad que equiparo a esos momentos de uno darse cuenta que las lágrimas conllevan una función implícita que es la de expresar, a veces me gusta compararlo con un estornudo que se siente en libertad en ser escuchado y a la vez aliviado.

Este fin de semana llorábamos de felicidad, de amor, de ternura, de afecto, de cercanía, llorábamos porque se puede llorar y ser muy feliz cuando uno se siente muy cercano al otro y comenzábamos la semana llorando por la pérdida de alguien muy muy cercano y querido.

Hoy este artículo me apetecía fuera una reflexión abierta a si las lágrimas de felicidad son también escondidas como las lágrimas de la tristeza, invitaros a reflexionar por quÉ la tristeza ha de guardarse y la alegría está permitida expresarla.

Hoy quería invitaros a observaros, a daros cuenta de cuantas emociones no queremos que sean expresadas y las tapamos por el que dirán o pensarán y se quedan ahí un largo tempo escondidas donde al tempo saldrán en forma de otras emociones como el enfado, la ira o la vergüenza.

Os invito a reflexionar sobre la dualidad de la tristeza ante la muerte y la alegría de estar vivo, os invito y os propongo a que salgáis a ese lugar llamado vida a escucharos y sentiros para con el otro y de esta forma contigo. Os invito a abrazar aquello que sois que en forma de emoción sale de vosotros.

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Redacción Getafe Capital