El pacto

GETAFE/Palabra de concejal (14/01/2019) – Hay una frase que dice “año nuevo, vida nueva” ¡Ya me gustaría a mí aplicármela en alguna que otra faceta! pero más bien a mí me persigue esa de “hay cosas que nunca cambian”.

A estas alturas, con la cantidad de veces que me he dirigido ya a ustedes a través de estos artículos, me ha quedado claro que no voy a ser capaz de librarme de mi indecisión. Debería, por aquello de las fechas, recién estrenado el año, elegir un tema amable cuya lectura no les complique la vuelta a la rutina que supone el fin de las fiestas y la celebración de la llegada del nuevo año. Incluso, tal vez el protocolo me permitiría dedicar estas líneas a felicitarles y desearles toda suerte de buenas intenciones para este recién estrenado 2019.

Eso debería ser lo fácil, hablar de proyectos a desarrollar, o de la carta a los Reyes Magos que desde esta tribuna de opinión se ha lanzado, pero me voy a decantar por hablar de algo más amargo, no se sí resumirles que hablaré de pactos o, tal vez, termine hablando de teatro.

Porque no sé ustedes, pero yo, desde mi sofá, siguiendo las negociaciones entre el Partido Popular, C’S y la extrema derecha en Andalucía, tenía la impresión de estar viendo una mala obra de teatro.

Una puesta en escena, cuyos actores, queriendo seguir el método Stanislavski, estaban más cerca del teatro del absurdo (por favor, que me perdonen Ibsen, Ionesco, Alfred Jarry y todos los representantes de esta corriente, pero es lo que me ha venido a la mente por el calificativo “absurdo” y por aquello de las incongruencias de los personajes ¡Ya hubiéramos querido que hubiesen adoptado la denuncia de las injusticias y la opresión política que tenía ese teatro!)

Les decía hace un par de años: yo quiero escribir desde el grito, desde la rabia, desde la amargura que me produce ver cómo la vergonzosa cifra de mujeres asesinadas crece insoportablemente.

Años después, la rabia crece, las mujeres siguen siendo asesinadas por ser mujeres (en trece días de enero ya hay dos víctimas mortales). Pero ahora, esos partidos que pretenden hacernos creer que son la derecha moderada y que firmaron el pacto contra la violencia de género, se sientan a negociar con la de extrema derecha que niega este tipo de violencia.

Así, hemos oído hablar al jefe de la oposición, de violencia doméstica en un guiño cómplice a esos extremistas que quieren silenciar la violencia dentro de las cuatro paredes del matrimonio.

Hemos visto en la obra, a los actores de C’s repitiéndonos una y otra vez que ellos estaban al margen, que ellos no negocian. Tal vez, si no hubiesen sentado en mesa del parlamento andaluz a esa extrema derecha que pretende acabar con las autonomías, y que, por número de votos, bien podrían haber quedado fuera; tal vez, su actuación hubiese sido más creíble. Tal vez, si hubiese optado por el modelo europeo de aislar a los ultras, hubiesen sido más creíbles.

No es este el único punto conflictivo que han representado en el teatro de la negociación, pero es, sin duda, por la gravedad de los planteamientos, el que me apetecía desarrollar

A nosotros los hombres y mujeres de izquierdas nos toca ahora mucho trabajo por hacer para desmontar los diálogos de este teatro que amenaza por realizar una gira por toda la geografía española.

Por lo pronto, yo les vuelvo a invitar a que se pongan las gafas violetas y contemplen la realidad de la vida de las mujeres.

Pongámonoslas y miremos detenidamente, tal vez así nos sea más fácil ver la desigualdad social, la minusvaloración de algunas profesiones feminizadas; ese “suelo pegajoso” que hace que las mujeres se perpetúen en trabajos de menor categoría y peor pagados; la prácticamente nula corresponsabilidad en el ámbito familiar, las violencias machistas, la falta de perspectiva de género en nuestro sistema judicial, la invisibilidad de las mujeres en el mundo deportivo, científico, literario, cultural, prácticamente apartadas de las élites académicas y desaparecidas de los currículum de los libros de textos.

Nos sobran motivos para desmontar el mensaje que nos quieren vender. Comencemos apoyando las manifestaciones convocadas por todo el estado el próximo día 15.

Redacción Getafe Capital