Síndrome de Asperger: causas, síntomas y tratamiento

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OPINIÓN/Rincón psicológico (23/02/2017) – El pasado 18 de febrero se celebró el día internacional del Síndrome de Asperger. Con este nombre hacemos referencia a un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente al funcionamiento social, a la comunicación, a la cognición, al área emocional y al comportamiento aunque las capacidades intelectuales de la persona que lo padece se encuentran preservadas. El síndrome de Asperger se engloba dentro de los trastornos del espectro autista.

Se estima que entre 3 y 7 de cada 1.000 niños padece este síndrome, dándose un mayor número de casos entre los niños que entre las niñas.

¿Cuáles son las causas?

Aunque en la mayoría de los casos no hay una causa identificable y que existen muchos factores que puedan influenciar la aparición de este síndrome, parece que su origen se debe en buena parte a un componente genético. En efecto, es frecuente encontrar historias de autismo en familiares cercanos.

Se ha demostrado también la existencia de un disfuncionamiento de una serie de circuitos cerebrales que están implicados en el desarrollo de la cognición social

Síntomas del síndrome de Asperger

El síndrome de Asperger se manifiesta de forma diferente en cada persona que lo padece. Sin embargo, sí parecen presentar ciertas características comunes como son las dificultades en la interacción social, dificultades de comunicación, dificultades a nivel de las funciones ejecutivas, falta de flexibilidad tanto cognitiva como comportamental, interpretación literal del lenguaje (no comprenden la ironía, los chistes….), dificultad para interpretar y manejar los sentimientos y las emociones propias y las de los demás.

Suelen presentar además intereses muy restringidos y se muestran bastante rígidos en las actividades de la vida cotidiana.

A pesar de estas dificultades, su capacidad intelectual es normal (e incluso superior, en ocasiones) y presentan un buen desarrollo a nivel del lenguaje.

Tratamiento y pronóstico

El tratamiento va a variar en función de las características personales de cada niño así como de la intensidad de la sintomatología. En general, los tratamientos van dirigidos a la mejora de las habilidades sociales (tanto de forma individual como en grupo), al desarrollo de las funciones ejecutivas y al manejo de las emociones. En ocasiones el uso de medicamentos puede ser necesario.

Es también importante realizar un trabajo con los padres con el fin de que puedan comprender el comportamiento de sus hijos y enseñarles una serie de técnicas que deben utilizar en casa.

Por otra parte, parece fundamental la participación de la escuela en la integración del niño y en la proposición de adaptaciones para facilitar el aprendizaje de escolar de estos niños.

Con un tratamiento adecuado, tanto los niños como sus familias, pueden aprender a manejar las dificultades propias del síndrome de Asperger, aunque en ocasiones las relaciones sociales puedan ser fuente de problemas. A pesar de todo, muchos niños podrán a la edad adulta alcanzar una vida independiente, realizar estudios superiores y llevar a cabo una actividad laboral.

Redacción Getafe Capital