¿Pistachos en Getafe?

GETAFE/Un minuto en el Museo (31/01/2022) – Sí, pistachos en Getafe. Pero no voy a hablar del delicioso fruto seco que se vende en tiendas y supermercados, sino del árbol que lo produce: el alfónsigo.

Seguramente no haya ahora alfónsigos en nuestro término municipal, pero los hubo. Hubo dos antiquísimos y que han dejado rastro.

Hay que remontarse nada menos que a 1638, casi cuatro siglos atrás, cuando el Padre Fray Diego Niseno Monge, escribió su obra El político del cielo: En ella, perdida entre quinientas páginas repletas de consejos morales y referencias bíblicas, nos encontramos esta frase:

“Que hay muchos que quisieran ser como el árbol que llaman Alfonsigo (que yo vi no con pequeño asombro en la villa de Getafe, dos leguas distante de la coronada Villa, que es imperioso albergue del mayor Monarca)”

Siglo y medio después, en 1784, Casimiro Gómez Ortega, en su obra Continuación de la Flora Española, amplísimo y detallado catálogo de árboles y plantas de más de setecientas páginas, en las que describen el Alfónsigo, nos encontramos estas líneas:

“En la Villa de Getafe á dos leguas de Madrid, se ven dos árboles de esta especie muy reviejos, que se conservan de tiempo inmemorial al abrigo de una pared que cae al Mediodía en el patio de una casa, que llaman por eso la casa de los Alfónsigos en la calle mayor.”

Parece lógico pensar esos árboles que “no con pequeño asombro” vio Diego Niseno, son los “muy reviejos, que se conservan de tiempo inmemorial” que también vio Casimiro Gómez. Árboles que destacaban en una villa de 6.000 habitantes, en algún lugar de la calle Madrid, que entonces era la calle Mayor.

Sobre nuestros dos alfónsigos queda todo dicho. Pero os invitamos a visualizar un extracto de estos libros y a disfrutar contemplando su soporte, su aspecto, su gramática, su portada… en definitiva, su belleza. ¿No os parece maravilloso que podamos tener ante nuestros ojos estas auténticas joyas? ¡Pues a mí también!

Me ilusiona encontrar estas pequeñas descripciones, trocitos y ecos de lo que fuimos, en libros tan antiguos.

El político del cielo 

Continuación de la Flora Española