GETAFE/Varios (29/04/2025) – Si tienes barandillas de cristal en casa, ya sabrás que son una maravilla: dan luz, aportan estilo y combinan con todo. Pero claro, como todo lo bonito, necesitan algo de mimo. No te preocupes, que no estamos hablando de horas frotando ni productos imposibles de encontrar. Solo con unos cuidados básicos, podrás mantenerlas impecables y seguras durante años. Aquí te contamos cómo hacerlo, sin tecnicismos ni complicaciones.
Mantener el cristal limpio no es difícil, pero tiene su truco. Lo ideal es usar productos pensados para vidrio o tirar de remedios caseros como la clásica mezcla de vinagre blanco y agua. Si compras limpiadores, asegúrate de que no tengan partículas abrasivas que puedan rayar la superficie. Y por favor, huye de los estropajos de aluminio como de una mala resaca: dañan más de lo que arreglan.
Un paño de microfibra será tu mejor aliado. Limpia sin dejar pelusas ni marcas. ¿Cada cuánto? Pues si vives en una zona con polvo o cerca del mar, lo suyo es darle un repaso una vez a la semana. Si no, con una buena limpieza cada quince días vas más que servido.
El cristal aguanta, pero los anclajes también tienen que estar al nivel. De vez en cuando, merece la pena darles un vistazo. Las vibraciones del día a día, los cambios de temperatura o simplemente el paso del tiempo pueden aflojar tornillos o desgastar las juntas.
Echa un ojo a los puntos de sujeción. Si ves óxido, piezas sueltas o siliconas que ya no sellan como deberían, no lo dejes pasar. Una revisión a tiempo evita sustos y alarga la vida de toda la estructura. Y si no te ves con ganas de desmontar nada, llama a un profesional. Más vale prevenir que andar con el destornillador en la mano sin saber por dónde empezar.
Madrid no tiene mar, pero sí cambios de temperatura que pueden jugar malas pasadas. En invierno, evita que se acumule hielo o nieve en las zonas metálicas, y en verano, si el sol aprieta, valora instalar láminas que filtren los rayos UV o aplicar un tratamiento antirreflejo para proteger el cristal del desgaste.
Y si estás dándole vueltas a instalar barandillas de cristal en Madrid, lo más inteligente es confiar en manos expertas. Así te aseguras de que la instalación esté bien hecha desde el principio, sin chapuzas que te den dolores de cabeza después.
Mantener bien tus barandillas de cristal es más fácil de lo que parece. Un poco de atención de vez en cuando marca la diferencia. No hace falta obsesionarse, pero sí incorporar ciertos gestos al día a día: limpiar con cariño, revisar cada cierto tiempo y no ignorar esos pequeños detalles que pueden convertirse en problemas mayores.
El cristal tiene fama de frágil, pero cuando se cuida bien, es fuerte, duradero y agradecido. Y lo mejor de todo: cada vez que mires a través de él, verás tu casa más luminosa, más amplia y, sobre todo, más bonita.