Pastrana en verano: el mejor momento para descubrir la villa histórica

GETAFE/Varios (13/07/2025) – Pastrana, ubicada en el corazón de la provincia de Guadalajara, es un auténtico tesoro histórico y cultural que brilla con especial intensidad durante el verano, cuando llena sus calles de vida.

Este pintoresco municipio de la comarca de La Alcarria se transforma con el calor estival, ofreciendo a los visitantes una experiencia única en la que se mezcla el encanto medieval de sus calles empedradas con una vibrante agenda cultural y festiva.

El verano es, sin duda, el mejor momento para descubrir Pastrana. Las temperaturas cálidas invitan a recorrer su casco histórico, declarado Conjunto Histórico-Artístico, y perderse entre sus palacios, iglesias y casas nobiliarias. Pasear por la Plaza de la Hora, presidida por el imponente Palacio Ducal, es una inmersión directa en la historia del Siglo de Oro español. Este emblemático edificio fue residencia de la princesa de Éboli, Ana de Mendoza, una figura fascinante que dejó una huella profunda en la historia local. Hoy, el palacio alberga un museo donde se puede conocer más sobre su vida y sobre la historia de la villa.

Durante el verano, Pastrana se llena de vida con numerosas actividades culturales. Uno de los eventos más destacados es el Festival Ducal, que se celebra en julio y que puede disfrutarse desde algunas de los alojamientos de la zona, como la Casa Tío Mora, que pertenece a la red de casas rurales de Guadalajara. Durante varios días, las calles se visten de época para revivir el esplendor renacentista de la villa. Vecinos y visitantes participan en representaciones teatrales, desfiles históricos y mercados artesanales que recrean la atmósfera del siglo XVI. Esta celebración convierte a Pastrana en un escenario vivo, ideal para familias, amantes de la historia y curiosos en busca de una experiencia diferente.

Rodeada por los paisajes ondulados de La Alcarria, la villa es un excelente punto de partida para rutas de senderismo y ciclismo. Los campos de lavanda en floración, que alcanzan su máximo esplendor entre junio y julio, tiñen de púrpura el paisaje de los alrededores y ofrecen una estampa digna de postal. Muy cerca, el embalse de Bolarque y el Parque Natural del Alto Tajo ofrecen oportunidades para refrescarse y conectar con la naturaleza.

La oferta gastronómica también se realza en los meses estivales. En las terrazas de sus bares y restaurantes, se pueden degustar platos típicos de la cocina alcarreña, como el cabrito asado, las migas o la miel de La Alcarria, en un ambiente relajado y acogedor. No faltan tampoco las actividades nocturnas, como conciertos al aire libre o visitas guiadas a la luz de la luna, que añaden un toque mágico a la experiencia.

No solo ofrece un viaje al pasado a través de la , sino también una oportunidad de disfrutar de la cultura, la historia, la naturaleza y la hospitalidad castellana en su máxima expresión. Si estás pensando en una escapada diferente, esta villa renacentista es una joya que merece ser descubierta bajo el sol estival.

Redacción Getafe Capital

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