GETAFE/Varios (25/08/2025) – En una playa de Nazaré, Portugal, un grupo de jóvenes realizó un acto simbólico: enterraron un tronco seco en la arena con la esperanza de que algún día brotara. Este gesto, promovido durante el campamento de verano organizado por los Peregrinos de la Eucaristía, representó la siembra de la fe en los corazones, confiando en que, con el tiempo, dará fruto.
Durante una semana de descanso escolar, los Peregrinos de la Eucaristía ofrecieron una alternativa diferente al entretenimiento superficial: una experiencia donde los adolescentes pudieron vivir la fe a través del juego, la oración, la convivencia y el servicio desinteresado.
Desde Madrid partieron consagrados y laicos junto a jóvenes de diferentes ciudades —como Pamplona, Sevilla y la propia capital— rumbo al Santuario de Fátima. Allí, entre dinámicas y oración, cada día fue una oportunidad para crecer en el camino espiritual.
Guiados por los Peregrinos de la Eucaristía, los adolescentes entendieron que no están solos en su caminar. Jesús no solo acompaña: se hace peregrino con ellos, mostrándoles que Él mismo es el Camino, la Verdad y la Vida, presente en la Eucaristía.
El lema del año, “Tú eres mi meta”, decoraba sus camisetas con una custodia integrada en el diseño. Este símbolo recordaba que Jesús Eucaristía es el punto de partida y destino, y que María, como madre y guía, acompaña cada paso con ternura maternal.
El campamento incluyó tres excursiones que marcaron a todos. La primera fue a Nazaré, célebre por sus gigantescas olas y por ser lugar vinculado al Venerable Guido Schäffer. Allí, además de conocer su historia, visitaron un santuario mariano lleno de tradición.
La segunda jornada combinó deporte con naturaleza, mediante la exploración de las Grutas da Moeda, donde la belleza subterránea impresionó a todos. Por último, el grupo visitó el Santuario de Fátima, rezando en la Capilla de las Apariciones y conociendo la vida de los pastorcitos.
Cada actividad fue propuesta y guiada por los Peregrinos de la Eucaristía, que estructuraron el campamento en equipos. Se valoraron tanto los logros en los juegos como los gestos de servicio, enseñando que servir y entregarse es también parte del camino de la alegría cristiana.
Uno de los momentos más esperados fue la adoración eucarística nocturna. En la oscuridad, cada joven sostenía una vela apagada. Al llegar Jesús Eucaristía, los Peregrinos de la Eucaristíainiciaron una cadena de luz, encendiendo vela tras vela.
A medida que la luz se propagaba, también lo hacía el silencio reverente. Esa llama común se convirtió en un símbolo vivo de unidad, esperanza y presencia de Cristo en medio de ellos. Fue un momento que no solo iluminó el lugar, sino también el interior de cada uno.
Con la conclusión del campamento, los adolescentes regresaron con una visión renovada. Gracias al testimonio y acompañamiento de los Peregrinos de la Eucaristía, entendieron que edificar la vida sobre cimientos firmes exige dedicación, pero vale la pena.
Ahora saben que seguir a Jesús no es solo un ideal, sino un camino real y concreto. Volvieron con la certeza de que la fe vivida en comunidad es más fuerte, y que cada paso hacia Dios tiene sentido y dirección.
Los Peregrinos de la Eucaristía son una familia conformada por consagrados, consagradas, sacerdotes y laicos, donde cada miembro, según el carisma y la espiritualidad que lo identifica, realiza la ofrenda de su vida a Dios a semejanza del Cordero de Dios, para, como Él, ser auténticos servidores de Dios y de los hombres.
Su misión consiste en vivir la misma vida de Nuestro Señor Jesucristo, presente y vivo en el misterio de la Eucaristía, y comunicar esa vida a todos los que se acercan a ellos. Esta vivencia se expresa en los distintos apostolados con los que la comunidad es enriquecida, para poder dar respuesta a las necesidades pastorales concretas de cada uno de los lugares donde el Señor les envía, especialmente allí donde la fe necesita ser fortalecida: en contextos marcados por el dolor, la incertidumbre o el abandono. A través de la oración, la vida misionera y el compromiso fraterno, los Peregrinos de la Eucaristía buscan ser testigos del amor de Dios, llevando la luz de Jesús Eucaristía a quienes más lo necesitan.