Enajenación y cordura

GETAFE/La piedra de Sísifo (18/07/2017) – En una sociedad democrática sana y consolidada, los numerosos homenajes al concejal del Partido Popular en Ermua, Miguel Ángel Blanco, a los 20 años de su cruel, absurdo y sádico asesinato, no deberían haber suscitado a su alrededor más que un recuerdo emocionado, un momento de reflexión sobre lo fundamental de la convivencia pacífica entre seres humanos y estrechar lazos entre personas con firmes convicciones democráticas, teóricamente todos. No ha sido así, es tan triste como cierto.

Recuerdo, hace 20 años, la angustia atroz que nos tenía a todos con el corazón encogido, mirando el reloj compulsivamente esperando que hubiera pasado el plazo prescrito por los asesinos, que hubiera imperado la cordura y que apareciera por alguna parte vivo e intacto. Se cumplió la peor de las opciones que se manejaban y todos, sin distingo de colores, sentimos por un instante que nos faltaba el aire para respirar. Las muestras de dolor, respeto y solidaridad se repitieron en cada rincón de España y buena parte del mundo y una descomunal manifestación derramó su dolor sincero por el centro de Madrid. Fue la segunda gran manifestación a la que acudí con mi hijo, ya preadolescente, la primera había sido un año antes, con un millón de personas levantando sus manos blancas en memoria de Tomás y Valiente. Si ninguna víctima lo ha sido más que otra, ambas, Tomás y Valiente y Miguel Ángel Blanco, supusieron un punto de inflexión en las reacciones ciudadanas contra el terrorismo absurdo y brutal de una ETA que ya estaba muerta pero aún no se había enterado.

Luego fue cuando todo se torció. El Partido Popular, ya acostumbrado a apropiarse de todo lo que se ponía a su alcance, no desperdició la oportunidad de capitalizar el asesinato de su concejal en Ermua en su propio beneficio, como ha hecho con todo. No es necesario relacionar todas las tropelías realizadas en este asunto, solo señalar la despreciable ralea de quien no duda en acusar a los demás de cualquier barbaridad, siendo responsable de bajezas que abochornarían al mismísimo diablo.

Siendo como es un símbolo de la convicciones democráticas, cuando llegan estas fechas, Miguel Ángel Blanco sigue siendo recordado con cariño y orgullo y nadie podrá, ni desde un lado ni desde el otro, arrebatarnos lo que llevamos grabado a fuego en nuestro interior. Por eso, al pobre infeliz, que no tuvo mejor idea que prenderle fuego al sencillo ramo de flores que la ciudad de Getafe tributó humildemente a su memoria, no me queda más que desearle que tenga una vida larga y feliz pero jamás vuelva a olvidar tomar su medicación, que luego pasan cosas desagradables y no hay necesidad, de verdad, es solo una pastillita cada mañana.

También tengo un recuerdo, que tampoco deberíamos dejar de lado, precisamente hoy, cuando se cumplen 81 años de aquel golpe de estado sanguinario, que costó la vida a millones de españoles, que terminó a sangre y fuego con la democracia más avanzada del mundo en los convulsos años 30 del siglo pasado y que sumió a este país en una nebulosa oscura y pestilente, que duró 40 eternos años de dolor, desprecio y castigo cobarde y desalmado a los más débiles. Recordemos con orgullo a todas las personas que dieron su vida para que la nuestra fuera mejor.

Ya no es posible que se produzca otro caso como el de Miguel Ángel Blanco pero, una demolición del sistema democrático, sin tiros pero con disparos en el orden económico, todavía es posible, muy posible y no debemos relajarnos ni para parpadear.

La enajenación solo ha dado resultados positivos en materia de creación artística, mantengámosla ahí. La cordura conduce a un deseable aburrimiento, sin altibajos ni sorpresas desagradables en materia de convivencia democrática, mantengámosla también ahí.

3 Comments

  1. Luisignolo

    18 julio, 2017 at 16:06

    Hombre, mira, un analfabeto dando lecciones.
    Vamos a ver si llevándote de la manita aprendes a leer, querido troll ¿militar?:
    Ya no es posible otro caso Miguel Ángel Blanco porque ETA ya no existe. Hay otro tipo de terrorismo igual o más bestia que el de la ETA pero su forma de actuar es otra muy distinta.
    En 2017 ya no es posible en Europa un golpe de estado militar como el del 18 de julio del 36 pero sí uno de tipo económico que produzca todavía más víctimas sin disparar un solo tiro.
    No es demagogia, es la triste realidad
    De nada..

    • Gorgonio

      20 julio, 2017 at 22:41

      Efectivamente.De acuerdo con Luisignoro, un golpe de estado de tipo economico sin disparar un solo tiro es posible; es más, creo que ya están en ello. El principal objetivo del 36 era eso, económico. Que los poderosos de siempre en España (nobles, terratenientes, Iglesia católica, banqueros, altos mandos del ejercito…) no perdieran ni un ápice de sus privilegios históricos. Lo demás, el honor, la bandera, la patria, la tradición, no fueron más que cortinas de humo para ocultar el saqueo de España por una minoría. Y en eso continúan. Con cortinas de humo.

  2. Coes

    18 julio, 2017 at 14:05

    «Ya no es posible que se produzca otro caso como el de Miguel Ángel Blanco» – MENTIRA: Cualquier día nos revientan en un atentado, no se crea usted que el terrorismo es cosa allende nuestras fronteras. Si no matan los etarras es porque se les ha cercado, y si no matan los islamistas es porque las fuerzas de seguridad del estado no les dejan.
    «Una demolición del sistema democrático, sin tiros pero con disparos en el orden económico, todavía es posible, muy posible y no debemos relajarnos ni para parpadear.» – ¿Qué narices tiene que ver la velocidad con el tocino? A Miguel Ángel Blanco y a otros tantos les volaron la cabeza con plomo, no con demagogia como la que usted hace, comparando una acción criminal con situaciones económicas.