Los secretos de LYMA al descubierto

En el despacho del gerente de LYMA se habían realizado obras para insonorizarlo. Siempre estaba cerrado. La empresa municipal de Limpieza y Medioambiente ha sido un enigma que únicamente en los últimos meses de legislatura ha dejado ver lo que escondía dentro: una agencia de colocación del PP que durante su legislatura, y especialmente en su tramo final, contrató a más de una veintena de personas que suponían un gasto anual incrementado de un millón de euros. «Se está procediendo a los despidos y a la finalización del contrato de aquellas personas que fueron contratadas por el PP», explica Sara Hernández, que aún no puede cuantificar el coste que esto tendrá para las arcas municipales. Todos habían sido hecho indefinidos y algunos de ellos, para eludir el despido «se habían pedido reducciones de jornada por guardia y custodia tras perder las elecciones». Incluso el propio gerente, que se había autoasignado un plus de disponibilidad en los últimos meses, exigía cobrarlo desde inicio de legislatura.

Incluso una de las trabajadoras prestaba sus servicios en el Ayuntamiento a pesar de estar pagada por LYMA «en lo que es una clara cesión ilegal de trabajadores». La plantilla estaba «sobredimensionada» en cuanto a directivos que en algunos casos superaban en su departamento al número de trabajadores.

Son muchos los gastos cuestionables dentro de la entidad. Además de la insonorización del despacho del gerente «no aparecen algunos portátiles y teléfonos; y tenemos un contrato de adquisición de barredoras cuyo proveedor coincide en apellidos con algún concejal que aún hoy está en el Ayuntamiento. Aunque puede ser una casualidad…», deja entrever Hernández, que ve motivos más que justificados para solicitar una auditoría de gestión que dilucide si los fondos se emplearon correctamente.

Lo que sí es claro es que se ha producido una desviación presupuestaria para la que será necesario acometer una modificación de crédito por parte del Ayuntamiento.

ALEF, GISA… y el Ayuntamiento

No es la única empresa municipal sobre la que será escudriñada su gestión. En ALEF «hay gastos de la gerente en taxis que incluso fueron rechazados por intervención». Y «contratos de asesoramiento que no se han llegado a realizar».

Tampoco el Ayuntamiento se libra de este primer vistazo que ha motivado la necesidad de una auditoría. «Hay cifras obvias, como los 300.000 euros que se gastó en la legislatura en gastos de representación; o los 50.000 en desplazamiento. Y en publicidad este gasto alcanza los 3 millones de euros», certifica Sara Hernández.

Raquel González - Directora Getafe Capital

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