El sueño de Aitor: andar

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El pequeño Aitor.

GETAFE/Grada Azulona (30/08/2016) – Está a punto de cumplir los siete años y Aitor tiene un sueño: andar. Nació a las 34 semanas con un peso de 1,470 kg. y tuvieron que pasar tres años hasta que les diagnosticaran que Aitor padecía el síndrome de Wolf-Hirschhorn, una rara enfermedad que tiene su origen en un cromosoma al que le falta una parte. Esto le supone problemas en la vista, no puede andar, tampoco hablar, tiene problemas renales, una subluxación en ambas caderas o retraso psicomotor. «Tiene casi 7 años y pesa 14 kilos y apenas mide un metro», explica Gema, su madre, dedicada al cuidado de este pequeño para el que el sueño de poder andar podría estar cerca.

«Todo comenzó con el fútbol. Dicen que mueve montañas y parece que es verdad«. El padre del pequeño Aitor, y su hermano mellizo Hugo, son socios del Getafe y decidieron pedir ayuda a los azulones. «La respuesta ha sido impresionante», comenta apabullada Gema. Unas pulseras con el lema El sueño de Aitor y perfiles en Facebook y Twitter han bastado para revolucionar a los seguidores azulones y a gran parte del municipio. «Me llegan pedidos constantemente. De verdad, no imaginé que fuera así. Es tanta la solidaridad…». En el primer partido del Geta en el Coliseum, ahí estaba Aitor, que sonreía y posaba con los jugadores azulones que «se han portado extraordinariamente bien». Cata Díez le regaló su camiseta y muchos otros se han ofrecido a colaborar en lo que necesiten. 

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Junto a Jorge Molina y Cata Díaz.

«Aitor necesita muchos tratamientos que le están suponiendo un gran avance. Va a hipoterapia (montar a caballo) y a partir de este curso queremos que haga integración sensorial, que nos dicen que viene muy bien para ayudarles a comunicarse». También acude a logopedia «aunque muy poco tiempo en su colegio». Estas son solo algunas de las terapias que necesita, además del coste que suponen aparatos como los DAFO que lleva. «Para que los pies no se le vayan hacia adentro lleva como una especie de plantillas que llegan hasta la rodilla». Solo esto supone un desembolso de 750 euros. «O la silla adaptada, que ya tiene 4 años y deberíamos pensar en cambiarla». Son otros 2.500 euros. La Seguridad Social apenas cubre un porcentaje de estos gastos, que además se abonan meses después. «Es un chorreo constante de dinero», asegura que Gema, que no trabaja: «es imposible conciliar el cuidado del niño con un empleo». El único salario que entra en la familia es el del padre.

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Pulseras por un buen fin.

«Me costó mucho dar este paso», pero Gema se ha encontrado con un estallido tal de solidaridad, que sus miedos y recelos se han disipado. Getafense de toda la vida, primero de San Isidro y ahora de El Bercial, intenta llevar en persona todas las pulseras que le van pidiendo. Recoge los pedidos de pulseras por whatsapp (647 61 71 47) aunque en los últimos días casi no da abasto para atender el aluvión de demandas.

Con apenas dos euros se puede colaborar para que Aitor cumpla su sueño: poder andar. 

Raquel González - Directora Getafe Capital