El perdón

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GETAFE/Rincón psicológico (11/04/2017) – Acompañándonos en esta semana de Semana Santa donde muchos cristianos celebran lo que es uno de los momentos más importantes del año para la vida de un cristiano no es extraño encontrar en el vocabulario de muchos de ellos la palabra PERDÓN. Pero, ¿qué es exactamente el perdón? ¿Qué significación puede tener dentro del marco de la psicología? ¿Es necesario un perdón, nos reconcilia con nosotros mismos, con el otro y nos hace ser mejores personas como muchos opinan?

La palabra PERDÓN tiene un gran significado y su profundidad es máxima. ¿Quién de nosotros no se ha sentido liberado ante una discusión solo por sentir que si perdonaba se produciría la reconciliación?

El acto de perdonar es una acto generoso que parte de uno mismo.

Perdonarse es rendirse ante el otro y aceptar he sido responsable de eso que nos ha podido molestar o llegar a generar un desencuentro entre ambas partes.

Perdonar significa reconocer el error que se cometió, aceptarlo y podérselo expresar a la otra parte.

Si nos movemos en el ámbito laboral y se ha producido un conflicto con un compañero o con el propio superior o jefe el acto de mirarme a mí mismo explorarme y ver qué ha podido suceder y qué parte es la que es importante asumir permitirá que en sucesivas ocasiones no vuelva a ocurrir. Si observo mi parte y me uno a ella, observo qué es lo que me produjo ese enfado, ese no entender al otro permitirá que en otros momentos pueda ser capaz de pararme, respirar y no volver a repetir ese mismo patrón de enfado.

Si me encuentro en la pareja y observo que ha existido ese desencuentro entre nosotros, contemplo qué ha pasado en mí para que pudiera llegar a perder lo que comúnmente conocemos como “perder los nervios” podré avanzar en la relación, me abriré nuevos caminos donde los desencuentros sean llamadas de atención y saber cómo poder actuar de diferente forma.

Si me encuentro en familia y vivo un conflicto, desde la observación podré valorar cuál es la parte que como miembro de esa familia hizo que entrara en discusión.

Por tanto el perdón lleva implícita la observación de uno mismo para darse cuenta de en qué parte se pudo fallar y poder perdonar permitirá a ambas partes abrirse a la posibilidad de llegar a acuerdos y encuentros mutuos.

Es importante detenerse y fijarse que no siempre somos nosotros quienes debemos asumir esa parte de acción de perdonar, pues aunque somos responsables cuando se trata de 2, de 3 o de un grupo no siempre asumiré el tener que pedir perdón. Esta introspección  será en parte posible si me abro a la posibilidad de perdonar.

Muchos duelos no consiguen cerrarse porque siguen en ellos latentes los desafíos, los dolores que no pudieron resolverse, los momentos inexistentes en que pudo pedirse perdón y no se hizo, es por ello por lo que en terapia cerramos una parte importante del duelo desde el perdón y desde este lado se trabaja.

Perdonar se trata del primer acto de superación, es una forma de romper el vínculo del sufrimiento que muchas veces viene sumido en frustración.

El perdón se trata del mayor acto de liberación emocional ya que rompe el sufrimiento que nos hacía permanecer atrapados.

Aprender a perdonar al otro es un acto de reconciliación pero no olvides también aprender a perdonarte a ti mismo para poder avanzar más ligeramente sin cargas que nos atrapan .

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Redacción Getafe Capital