GETAFE/Patrocinado (07/06/2018) – Parece ser que los bancos comienzan a recuperarse de las consecuencias de los primeros años de crisis económica, en los que conseguir un préstamo era casi una hazaña si no se tenía un importante poder adquisitivo. Esto ha llevado a que las hipotecas vuelvan a estar muy presentes en el sector financiero.
La nueva Ley Hipotecaria impone un entorno más transparente y exigente. Por otro lado, la competencia entre entidades experimenta un crecimiento progresivo, en pos de conseguir tantos clientes como sea posible. Lo cual sin duda, pasa por mejorar las condiciones de las hipotecas.
Expertos apuntan a que los bancos luchan entre ellos por captar clientes a través de las hipotecas, especialmente por la amortización continuada de su cartera viva, lo que lleva a ofrecer mejores condiciones cada vez.
Esta “batalla” tendría como fin aprovechar el nuevo tirón del sector inmobiliario, ya que según estos expertos opinan que hay dinamismo en el mercado de compra de vivienda, espoleado en gran parte por la mejora económica y de empleo y por el encarecimiento de las viviendas de alquiler.
Así las cosas, son muchos los españoles que se atreven de nuevo a firmar un préstamo para adquirir la propiedad de una casa. El número de hipotecas sobre viviendas concedidas anualmente ha aumentado un 67,6% de 2013 a 2017, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), superando las 310.000. Cabe destacar también que durante el mismo período, ha crecido el importe medio que se presta para adquirir un inmueble, de los 100.000 a los 116.000 euros.
Las principales entidades han accedido a ofrecer hipotecas por el 100% del valor de tasación de la vivienda, cuando lo habitual era conceder un máximo del 80%. No obstante, desde el sector se recomienda a los clientes no endeudarse por encima del 80% en la adquisición en primera vivienda, y del 70% en la segunda.
Sin esta condición resulta ciertamente ventajosa, puede verse más bonificada aún si a la hipoteca se añaden otro tipo de productos, tales como la domiciliación de la nómina con un mínimo de 600 euros o una pensión con un mínimo de 300.
A través de la bonificación de la hipoteca con la contratación de productos de este tipo, las entidades capotean un poco una de las medidas impuestas por la nueva Ley Hipotecaria. Esta norma prohíbe vincular directamente productos a la hipoteca, una práctica que era bastante común antes de la crisis para equilibrar el valor negativo del Euribor. De forma que lo que se hace ahora es ofrecer estos productos de forma opcional, a cambio de conseguir beneficios en el préstamo.
Finalmente, hay que tener en cuenta que en el mercado existen también hipotecas que financian el 100%, sin pedir a cambio de estas condiciones más favorables la contratación de productos adicionales. De hecho, hay hipotecas que ofrecen el valor completo de la vivienda con un diferencial aplicable al Euribor del 0,85%, sin comisiones de apertura ni estudio.