Doloroso dilema

La Constitución señala que el fin último de la política penitenciaria es la reinserción del delincuente en la sociedad. La experiencia y el tiempo han demostrado dolorosamente que hay reos cuya reinserción en la sociedad es imposible. Cuando han cumplido su condena deben acceder a la libertad, aun sabiendo su tendencia a reincidir. ¿Qué hacer con ellos para prever esta circunstancia sin conculcar sus derechos y sin poner en riesgo al resto de ciudadanos?