Vieja y nueva normalidad

“Cuando no sepas adónde vas, párate y mira de dónde vienes”.
Proverbio senegalés

ANTES DE LA PANDEMIA: LA NORMALIDAD DEL NEOLIBERALISMO

GETAFE/Tribuna con acento (27/01/2021) -Antes del estallido de la pandemia del COVID-19, el sistema mundial se encontraba con un exceso de contradicciones y dilemas que podían provocar una gran quiebra. Es la emergencia del neoliberalismo económico con una  narrativa individualista, anti-pública y anti-Estado. La lógica privatizadora donde predomina el capital financiero y el desmantelamiento progresivo del Estado de bienestar. Conlleva el debilitamiento de las instituciones de corte democrático, al mismo tiempo que se promueven tendencias que  expanden la corrupción, el odio y la violencia. Son políticas que fomentan la precariedad en el trabajo y dan paso a la ampliación de la desigualdad económica, social y de género. Provoca el hecho del Cambio Climático y su impacto sobre el conjunto del Planeta Tierra. Fenómenos todos ellos, acompañados del relato neoliberal: «salvar la economía, «salvar bancos y empresas». Discurso que lleva aparejado el necesario sacrificio de las clases populares, la austeridad, la resignación  a la exclusión y la pobreza «no hay otro orden posible» «no hay alternativa al libre mercado».

En este contexto, se fueron sumando otros peligros que  apuntaban, a partir de evidencias de pandemias anteriores (vacas locas, gripe Aviar, Ébola…), la probabilidad de padecer una antes de 2021,«Nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante, sumamente muy mortifera provocada por un patógeno respiratorio que podría matar  a 50 a 80 milllones de personas y liquidar casi el 5% de la economía mundial (Informe  de la Junta de Vigilancia Mundial. Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial, 18 Septiembre de 2019). El mundo corre grave peligro de padecer pandemias de alcance mundial y de consecuencias devastadoras, no solo en términos de pérdida de vidas humanas, sino de desestabilización económica y caos social.

LA EXPLOXIÓN DE LA PANDEMIA. EL INDIVIDUALISMO DESNUDO

Los límites de la ciencia. En un instante, la materia microscópica del virus Covid-19 nos mostró la enorme fragilidad de la condición humana, nos igualó a todos a escala internacional rompiendo toda clase de muros y fronteras y, acto seguido, mostró la profunda desigualdad e irracionalidad en la que vivíamos. De inmediato surgieron los primeros debates de la interacción entre la enfermedad animal y la salud humana. La pugna de los  laboratorios biotecnologicos  -ingenieria genetica- y sus experimentos o el origen  de animales salvajes portadores de patogenos, desalojados por la deforestación de sus ecosistemas.   El hecho es que nos ha llevado al confinamiento dejando un regero de soledades y muertes, sin poder despedirnos de ellos.

Varios aprendizajes. El individuo en soledad no puede hacer nada frente a estos fenómenos epidemiológicos, sólo el Estado puede hacerse cargo del cuidado de las poblaciones. La importancia  de la sanidad  pública se hizo evidente en todo su explendor ante las necesidades de cuidado. Por unos momentos los ideologos de la «mano invisible» del mercado, quedaron en silencio. Fueron callados por las miles de defunciones en residencias y hospitales, a veces con protocolos de «descarte», sin medidas de protección. Pero ello, no significa que el  ADN neoliberalismo esté quieto, está en plena vigencia, ahí están las posiciones de los lobbies de las industrias farmaceúticas, el creciente negocio del capitalismo de plataforma, centrado en la explotación de todo tipo de información o el comercio electrónico que pueden salir reforzados con la pandemia.

La visibilidad de empleos que permanecían secundarios  (limpiadoras, cajeras, transportistas, agricultores, sanitarias…)  se han  revalorizado como dimensión de servicio a la comunidad. Las reconversiones del teletrabajo -trabajar en casa- rompieron las rutinas cotidianas de millones de trabajadores y trabajadoras y se convirtió en un hecho real.  Profesionales de la educación aprendiaron nuevas habilidades para dar clases virtuales. Las tecnologías electrónicas están posibilitando el cara a cara de abuelas y nietos en todos los rincones del mundo. Tomamos conciencia de un mundo interconectado y de la debilidad local para producir alimentos, articulos sanitarios y determinados productos básicos de la vida cotidiana.

EL FUTURO DESPUÉS DE LA PANDEMIA

«El futuro es imprevisible, nada está escrito»

La pandemia nos abre  horizontes de dialogo,  no sabemos cómo será el futuro, tenemos pocas certezas, todo son incertidumbres. Pero hay una certeza:  la necesidad de que la reconstrucción debe ser comunitaria. En esta linea se pronuncia el Papa Francisco en la Fratelli tutti: se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. Debe centrarse ante todo, en la equidad y la solidaridad, la idea de servicio, la relevancia de la honestidad.

El compromiso con lo público requiere  el aumento de la inversión en áreas vitales como la investigación y la prevención, la protección social, educación, sanidad, el cuidado de las personas más frágiles. Para ello, se hace necesario el control financiero de las corporaciones multinacionales que ocultan sus ganancias en paraísos fiscales, una fiscalidad progresiva que contribuya a erradicar las fuertes desigualdades.

Los diversos movimientos sociales -sindicatos, ecologistas, asociaciones vecinales, plataformas rurales, el ecofeminismo, movimientos culturales o de resistencia-  llaman a sentar las bases para una amplia y plural coalición, concertación, donde abordar: el mantenimiento  de un sistema de salud pública y de acceso universal, una civilización que sea capaz de producir y cuidar el Patrimonio Común, la «Casa Común» que nos configura como comunidad en la diversidad. Estamos ante la necesidad de compaginar la democracia participativa de la ciudadanía con la representativa. Hemos de tomar conciencia de que estamos ante la oportunidad  de aprender una vida más sosegada, ralentizada, de introspección interior, saborear el arte de las humanidades: la poesia, la musica, la pintura, el cultivo de la amistad y la fraternidad. Seamos parte activa en la rehabilitación de la vida que subsiste donde hay vínculo, comunión y corresponsabilidad entre toda la familia humana.

Redacción Getafe Capital