Y no se pone ni colorada…

GETAFE/La piedra de Sísifo (28/10/2022) – Desde que Isabel Díaz Ayuso descubrió que, cuanto más nos toma por tontos, más tontos nos comportamos, no desperdicia la oportunidad de dar cada día una vuelta de tuerca que nos apriete el dogal y, si cometemos la osadía de protestar, tirar de comodín invocando su particularísima versión de la sacrosanta Libertad dejando el mantra de la hostelería, las terrazas y las cañas para los casos particularmente graves.

¿Qué sucede ahora (como si hubiese dejado de suceder)? Que como aprovechó la pandemia para perpetrar del todo la tropelía, ya iniciada, del cierre de las Urgencias Extrahospitalarias en los ambulatorios y, consecuencia de una movilización reivindicativa creciente en todas las ciudades donde se ha clausurado ese servicio; ahora ha movilizado todo su aparato mediático-propagandista, para vendernos la moto (ya desguazada) de que las vuelve a abrir a partir del 27 de octubre.

Unas sencillas cuentas nos ayudarán a comprender lo desvergonzado de su falsario anuncio:

Se cerraron 78 centros y anuncia la reapertura de esos, añadiendo 2 más en El Molar y Alcalá de Henares, es decir, 80; ahora bien, la dotación de personal sanitario para cubrirlos es…

(Redoble de tambores)

cero.  Así, como suena

Se estima que esas urgencias reciben al año por encima de las 700.000 consultas y, en su majestuosa desfachatez, Ayuso ha ofrecido a los 13.600 profesionales de Atención Primaria que cubran esa necesidad mediante la realización de HORAS EXTRA, con las consecuencias que conlleva:

Incremento del cansancio acumulado de unos profesionales ya sobreexplotados, con más perjuicio aún a la calidad de su atención.

Enorme coste económico, ya que el precio pagado por hora realizada excede con mucho el abonado como salario establecido.

Excusas, amparadas en la escasez de profesionales que se presten y en lo desmesurado del gasto, para volver a cerrarlas, una vez pasadas las elecciones, ya que no se pueden llevar a cabo por, dirán, factores ajenos a la voluntad política.

Quizá no recordemos, pero conviene y mucho hacerlo, que, durante la pandemia, el Gobierno de España dotó con una partida extraordinaria a las comunidades autónomas, la denominada Fondos COVID, para que cada una de ellas reforzara su sistema sanitario contratando el personal que fuera necesario; se estima que Madrid recibió por encima de 2.600 millones de euros que Ayuso recogió pero no gastó (salvo que los hubiera dedicado a sufragar las gestiones de su hermano o pagar esos misteriosos aviones que nunca llegaron de China) y que podría dedicar ahora a dotar sobradamente estas infraestructuras sanitarias imprescindibles para, dar una mejor y cercana atención a la población y, además, liberar a las Urgencias Hospitalarias de la atención de casos leves.

No es bueno que te meen encima y te digan que llueve, pero es peor que, creyéndolo, salgamos a la calle a celebrarlo con alborozo, sobre todo, si se repite con contumacia.

Reivindica, reclama, protesta pero, siempre, sé feliz.