El fin de Corrugados en Getafe

El fin de Corrugados en Getafe

GETAFE/Reportaje (02/06/2025) – Se acabaron los humos, las quejas, los ruidos, las noches sin dormir… Corrugados Getafe ha cerrado la factoría y se encuentra negociando con los trabajadores el ERE por extinción de actividad. Los vecinos respiran aliviados y preocupa ahora el destino de los 152 trabajadores de la empresa, a los que se busca la mejor salida posible.

La noticia saltaba el pasado 30 de abril de forma sorpresiva, cuando los trabajadores fueron convocados en asamblea y se les comunicó la noticia: Corrugados Getafe echaba el cierre. Los 152 trabajadores de la factoría comenzaban a negociar el ERE de extinción de actividad que un mes más tarde aún no ha cristalizado en un acuerdo. Ocho décadas de historia concluían después de unos últimos años marcados por los problemas vecinales que la ubicación de la factoría provocaba en barrios cercanos como Los Molinos y Juan de la Cierva.

Atrás quedan años de reivindicaciones, de quejas y conflictos por una fábrica que ha estado en el centro de la polémica por los ruidos nocturnos, los olores y las emisiones difusas que han provocado el miedo en los vecinos y la constitución de una plataforma para poner de manifiesto estas quejas. El Ayuntamiento de Getafe, que era conocedor de las avanzadas negociaciones, ha llamado a la calma, asegurando que “se ha abierto un proceso de negociación sindical en el que es necesario mantener la prudencia”. Ha puesto a disposición “los servicios de empleo de los que dispone, para que se resuelva en buenos términos el futuro laboral de los trabajadores y sus familias”.

Desde el Consistorio aseguran que “siempre se ha defendido una solución compatible con el bienestar de la ciudadanía, que a la vez represente un impulso para el presente y el futuro económico y laboral de la ciudad. El Ayuntamiento de Getafe está aportando estudios técnicos sobre la viabilidad de la implantación de nuevas actividades empresariales y laborales en este espacio. Estos hechos suponen una gran oportunidad para Getafe, en tanto que se elimina el principal problema de impacto medioambiental que existe en el municipio y que afectaba especialmente a vecinos de Los Molinos y Juan de la Cierva”, aseguraban en un comunicado.

El fin de una factoría histórica

De esta forma se pone fin al problema de ruidos infernales, humos de colores frente a las viviendas, partículas metálicas, y quejas por una convivencia que se antojaba imposible. Los problemas de la histórica factoría, que había adquirido hace un lustro el grupo industrial Cristian Lay, se habían multiplicado en los últimos años. En 2006 el Ayuntamiento de Getafe y la antigua propietaria de Corrugados, el grupo Alfonso Gallardo, firmaron un protocolo por el que la fábrica se comprometía a trasladarse al polígono de La Carpetania.

Pero llegó la crisis y el convenio se guardó en un cajón. Los cambios legislativos además, convirtieron en inviable el traslado a otra ubicación en el municipio. Sí se les permitía seguir su actividad actual con una controvertida Autorización Ambiental Integrada que prorrogó la Comunidad de Madrid a pesar de las quejas y denuncias vecinales, que reivindicaban que no se cumplían desde hace años los parámetros de emisiones, inmisiones, olores y ruidos.

Revisión de la AAI

Precisamente en las coberturas y exigencias de la Autorización Ambiental Integrada se han centrado gran parte de las reivindicaciones de vecinos y Ayuntamiento, que pedían a la Comunidad de Madrid, responsable última, que endureciera los requisitos para seguir operando a la fábrica. Incluso se había recurrido a la vía penal para frenar “las malas prácticas ambientales de la acería, denuncias que, si bien no han evitado las afecciones por emisiones contaminantes, ruidos y malos olores, al menos sí habrían servido para que las administraciones competentes hayan aplicado un ligero endurecimiento en el condicionado ambiental”, explicaban desde Ecologistas en Acción.

Aún así, siguen reclamando depurar responsabilidades “por los daños causados” en la población. La agrupación ecologista también se ha solidarizado con los trabajadores de Corrugados “exigiendo tanto a la empresa como las administraciones competentes, que impulsen el acuerdo más ventajoso para la plantilla”. Aún no se conoce qué empresa se instalará en los actuales terrenos de Corrugados. Los terrenos tienen calificación industrial, por lo que no se pueden destinar a viviendas.

Negociación difícil

Las negociaciones con la empresa para el ERE de extinción de actividad se han enquistado después de un mes de encuentros. “La empresa mantiene una postura de bloqueo, sin presentar ninguna propuesta viable que garantice la continuidad de la actividad industrial ni una salida digna a los 150 trabajadores y trabajadoras”, explican en un comunicado desde el Comité de Empresa de Corrugados. Han iniciado una serie de movilizaciones para poner de relevancia su situación, mientras reclaman un acuerdo justo y con garantías.

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LAS RAZONES DE LA COMPAÑÍA

CL Grupo Industrial explicaba en un comunicado las razones que le han llevado a tomar la decisión de cerrar. Las restricciones de la nueva Autorización Ambiental Integrada que en su última versión les impedía operar en horario nocturno, han tenido un peso importante: “Precisamente los periodos en los que el precio y los peajes de conexión a la electricidad, permite que la fundición resulte económicamente viable. Este cambio normativo supone un obstáculo insalvable para la continuidad de la actividad, en tanto que la producción con tales restricciones imposibilita que la planta sea competitiva en el medio y largo plazo, lo que pone en peligro la viabilidad de la misma y del propio grupo”.

Pero las razones van más allá, y miran al otro lado del Atlántico. “La estrategia arancelaria impulsada por el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha bloqueado las exportaciones chinas hacia el mercado norteamericano, provocando un redireccionamiento masivo de la producción asiática hacia Europa. Este cambio en los flujos del acero amenaza con inundar el mercado europeo y genera una competencia que compromete aún más la viabilidad de la planta de Getafe”.

Durante los últimos cinco años, la compañía argumenta que se han destinado casi 16 millones de euros a mejoras para mitigar el impacto acústico y adecuarse a las exigencias derivadas de la AAI. Pero no ha sido suficiente para compensar los agravios que se producen en la población.

“Después de casi 5 años, desde que entramos en esta compañía en la que hemos intentado buscar soluciones a largo plazo, lamentablemente, hemos tenido que tomar esta decisión que responde a un contexto social, regulatorio, energético y de mercado que ha cambiado radicalmente, y que no permite mantener la actividad en Corrugados Getafe. Nuestra prioridad ha sido siempre mantener la actividad industrial dentro del cumplimiento legal y el respeto a las comunidades locales, pero las inversiones que exigían mantener la planta o construir una nueva son absolutamente inasumibles. Seguimos comprometidos con la sostenibilidad, la reindustrialización y el empleo de calidad en todo el territorio nacional”, ha explicado Miguel Ángel Leal, CEO de la División Acero de CL Grupo Industrial.

Raquel González - Directora Getafe Capital

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