GETAFE/Varios (03/07/2025) – Los canalones son sistemas de evacuación pluvial instalados en los bordes de los tejados para recoger y conducir el agua de lluvia hacia desagües o bajantes. Su función principal es proteger la estructura del edificio, evitando filtraciones, humedades y deterioro en fachadas o cimientos. Además, su correcto funcionamiento previene problemas asociados a la acumulación de agua, como la formación de moho o el daño en zonas ajardinadas cercanas a la vivienda.
La instalación de canalón debe planificarse teniendo en cuenta el tipo de cubierta, la pendiente del tejado y la climatología de la zona. Es importante seleccionar materiales duraderos, como el aluminio lacado, el zinc o el acero galvanizado, que resisten bien las inclemencias del tiempo. También es necesario definir el recorrido del sistema de evacuación, asegurando que cada tramo tenga la inclinación adecuada para favorecer el flujo del agua sin obstrucciones.
Existen diferentes tipos, entre ellos los continuos, que se fabrican a medida en el lugar de la instalación, y los modulares, que se ensamblan por tramos. Ambos sistemas requieren soportes, uniones y bajantes correctamente instalados. Una fijación inadecuada o una pendiente incorrecta pueden generar acumulaciones de agua, fugas o desprendimientos, especialmente en épocas de lluvia intensa o nevadas.
El mantenimiento regular es fundamental para garantizar su eficiencia. Se recomienda realizar al menos dos revisiones al año, preferentemente en primavera y en otoño. En estas fechas es más común la acumulación de hojas, ramas, nidos o restos de suciedad que pueden obstruir el paso del agua. La limpieza consiste en retirar estos elementos y comprobar que no haya fisuras, deformaciones o piezas sueltas.
Además de la limpieza, es importante revisar que las bajantes no presenten obstrucciones y que el agua fluya correctamente hasta el punto de desagüe. En zonas con árboles cercanos o climas con lluvias frecuentes, puede ser conveniente instalar rejillas o protectores que reduzcan la entrada de residuos al canalón. También se pueden emplear sistemas con cubiertas o filtros integrados que minimizan la necesidad de limpieza constante.
“Durante el invierno, es aconsejable comprobar que no haya acumulación de hielo o nieve en el sistema. El peso excesivo puede dañar la estructura, por lo que se recomienda realizar un control visual tras tormentas o heladas prolongadas”, explican desde Canalones Valemar 2000. En regiones con temperaturas bajo cero, algunos instaladores ofrecen soluciones específicas, como cables calefactores que previenen la formación de hielo.
Otro aspecto a tener en cuenta es la normativa local o las recomendaciones técnicas establecidas por fabricantes y profesionales del sector. Contar con una instalación que cumpla con los estándares actuales no solo mejora la durabilidad del sistema, sino que también evita inconvenientes con comunidades de vecinos o autoridades municipales, especialmente en edificaciones compartidas o históricas.
En casos de reforma o rehabilitación de cubiertas, la revisión del sistema debe formar parte del proyecto. Una intervención integral permite ajustar el diseño a las nuevas características del tejado y renovar elementos que ya hayan superado su vida útil. Además, puede ser una oportunidad para mejorar la eficiencia del sistema con nuevos materiales o tecnologías.
Contar con canalones en buen estado contribuye a preservar el valor del inmueble y evitar daños estructurales que pueden implicar costos mayores a largo plazo. La inversión en un sistema bien instalado y correctamente mantenido se traduce en mayor seguridad y en mejores condiciones para quienes habitan el edificio. Incorporar revisiones periódicas como parte del cuidado general del hogar es una decisión acertada que aporta tranquilidad y prolonga la vida útil de la construcción.