“Ser alcalde es lo más bonito que se puede llegar a ser: alcalde de tu pueblo”

Ser alcalde es lo más bonito que se puede llegar a ser alcalde de tu pueblo

GETAFE/Entrevista (26/10/2025) Avenida del Alcalde Pedro Castro Vázquez: Ese será el rótulo que en breve llevará la Calle Ferrocarril.  El que fuera regidor de la ciudad durante 7 legislaturas se pasea por la que será su calle, recordando sueños que pudo hacer realidad y algunos de los retos que afrontó en una época irrepetible, la de los años de consolidación de la democracia, donde todo estaba por hacer y la ciudad era un lienzo en blanco en el que construir un futuro, el que hoy se respira en Getafe.

¿Qué la calle Ferrocarril lleve tu nombre es doblemente especial por lo que implica que sea precisamente esa vía la elegida?

Sí, porque además el enterramiento de la vía seguramente es la obra que más trabajo ha costado sacar adelante: estaba firmada por las tres administraciones, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Geta- fe y el Gobierno central. Y cuando faltaba mes y medio para empezar los trámites administrativos para la adjudicación, el ministro de Obras Públicas, se baja de la apuesta. Yo le planto cara a Gallardón, enton- ces presidente de la Comunidad, y le digo que no estoy dispuesto a pa- sar porque no se haga, y que estoy dispuesto a levantar este pueblo en defensa de sus derechos, un dere- cho firmado. Estaba dispuesto a ir a los tribunales, pero se puso de mi parte, dijo que lo entendía y que se sentía capaz de hacerlo junto con el Ayuntamiento. Y el convenio se firmó a dos: el enterramiento de la vía.

¿Ese fue el momento más crítico de tus 28 años de alcalde?

En cuanto a responsabilidad jurídica, el asalto al Cuartel de Artillería seguramente fue el más grave, porque rompimos la valla del cuartel con los militares dentro, con los tanques dentro, con las metralletas dentro, y metimos 30.000 personas en el patio. Habíamos hecho una paella gigante 12 metros de diámetro y se dieron 32.000 raciones. Con el compromiso de que todo aquel que comiera el plato de paella tenía que entrar en el cuartel. Con una máquina excavadora tiramos la valla. Hubo algunos diálogos de película: me dijeron, ‘¿Sabe usted que esto es territorio del Ejército español?’. ‘¿Usted qué se cree, que yo soy alcalde de un pueblo de Marruecos?’, le dije. Hubo un tiempo que podía haber ido a la cárcel. Pero convertimos el patio de armas en un patio de música: Como Serrat dijo: Este es el cambio en España. Donde antes había tanques, ahora hay libros.

Otro momento crítico que los vecinos de Getafe tienen grabado es la lucha por el Hospital Universitario.

Empezaron las obras y al año y medio se paralizaron porque la em- presa no seguía y el Ministerio tampoco lo adjudicaba a otra empresa. Estuvimos casi dos años hasta que dijimos, hasta aquí hemos llegado. Paramos en 61 ocasiones la carretera de Toledo. Y veíamos que al final eso no servía e hicimos una huelga de hambre. Vamos, la huelga de hambre la hice yo.

Hay quien duda de si fue real esa huelga de hambre…

¡Ocho días y medio! Te puedo explicar cómo se enfrentan los cuatro primeros días sin comer nada, nada de verdad. Nada, nada, nada. Lo que teníamos era un agua con azúcar. Te explico lo que se siente: solamente si lo has practicado lo sabes. Los tres, cuatro días primeros te comes a Dios por los pies, pero llega un momento en que el agua con azúcar te va mitigando, te va mitigando y lo llevas, pero los primeros días son absolutamente difíciles. Y luego, cuando acabas, en este caso, cuando se cumplieron los ocho días y medio, no puedes volver a comer, tienes que incorporarte a comer conforme lo has dejado. Es decir, muy poquito a poco. Claro, ahí Felipe (González) me dio la bronca.

Pero conseguiste que el hospital se acabara.

El hospital y la universidad. Para la Universidad me hizo 200.000 ofertas: en lugar de la universidad te ponemos un colegio mayor. Que no. Que no. Hasta que él se dio cuenta de que era irreversible. Y lo que sí me dijo es que si hacíamos una universidad tenía que ser de las mejores, y el mejor rector llegamos a la conclusión de que sería Gregorio Peces Barba. Fui a hablar con él, que estaba en las Cortes y le dije que teníamos la idea de hacer un proyecto de universidad muy especial y me pidió contar con todos los medios. Y así nació la Carlos III. No hizo falta firmar nada más que el compromiso para ambas partes de que íbamos a apostar a por todo. Y hoy la Universidad Carlos III tengo que decir que, por ejemplo, en Derecho, es la mejor de España.

Getafe también es la ciudad que más paradas de MetroSur tiene. ¿En eso también tuviste algo que ver?

La Comunidad de Madrid me dijo que quería hacer el MetroSur y Alberto Ruiz Gallardón me llamó personalmente diciéndome que ningún alcalde quería hacer el metro. Ahí hubo una pelea que al final, afortunadamente, se ganó. No sé si porque yo defendí el metro o por lo que fuera pero el caso es que Getafe tiene ocho paradas y la que más tiene son seis. El metro cambió el sur: para ir a Móstoles tardaba una hora. Cambió la comunicación, cambió la vertebración del sur, unió el sur. Los hospitales, la Universidad Carlos III y el metro han vertebrado el sur de Madrid. El millón y medio de personas, que era una suma de pueblos, se ha convertido en una ciudad, en la ciudad del sur.

Una historia de sueños

¿Por qué Pedro Castro se hace político?

Fueron las circunstancias. No era mi apuesta, ni era mi orientación, si bien es verdad que mi padre había ejercido la política y, por lo tanto, me venía de origen. Vine a Madrid solo con 13 años: sin padre ni madre, haciéndome un hueco en la vida. Eran los últimos años del franquismo. A la primera huelga que voy, en el año 63, en Asturias, es una huelga minera, con 18 años. Allí conozco lo que significa una huelga, la cara de la lucha por la libertad, de la lucha por la igualdad. Y me envuelve. En el 75 me detienen… y luego vino la democracia, pero la apuesta por la igualdad, por la libertad, era lo que nos unía. Dos palabras: libertad e igualdad.

¿Y diste un paso adelante?

Me vi en esos momentos involucrado: era muy difícil escaparte si te- nías sentimientos. Esa fue la apuesta, ese fue el compromiso.

¿El municipalismo es la esencia de la política? ¿Es donde se hace la política de verdad?

Hay muchas formas de hacer política. La que se hizo en la fábrica, que fue la mía. Pero donde se aprende la apuesta por la convivencia, por el respeto a los demás, por ampliar los límites de las personas que te rodean, es en la democracia municipal. Le pones cara a la persona. Este era un pueblo grande, creciendo desmesuradamente, de una forma alocada, pero sin servicios: no había colegios, no había centros de salud, no había equipamientos culturales, deportivos, no había nada.

¿Cada logro había que lucharlo?

La manifestación era diaria. Iba a Madrid y pedía un instituto para un barrio nuevo. Y me decían que no había dinero. Y al día siguiente amenazaba con dos autocares en la puerta: y no había dos, había seis. La gente se movilizaba porque eran sus hijos: aquí no había colegios. Eso hizo posible convertir en realidad muchos de los sueños que teníamos.

¿Sería posible repetir lo que se hizo?

Yo creo que no. Es irrepetible. Estábamos todavía en una democracia incipiente. En el 82 hubo un golpe de Estado: nos estábamos jugando cada día la democracia. Fueron momentos irrepetibles. Y ser alcalde seguramente es lo más bonito que se puede llegar a ser. Alcalde de tu pueblo.

¿Echas de menos la política?

Sí, la echo de menos y procuro vivirla. Procuro ayudar en lo que puedo y, en este caso, a Sara, que es la que tengo más cerca. Le doy mis sugerencias y mis consejos; unos los lleva a la práctica y otros los modela, pero no puedes mantenerte al margen.

¿Hoy también nos estamos jugando la democracia?

Con otro contexto pero sí. Abrimos las puertas de la libertad, abrimos las puertas de la democracia, pero no echamos el cerrojo. No consolidamos la estructura democrática y eso está permitiendo que ahora estén llegando partidos que no viven la democracia, que no la sienten y que no la necesitan. Y por tanto no la defienden. Viven mejor en la dictadura, en la falta de democracia, en la falta de libertad… ahí se encuentran mejor, es decir, están en su ambiente.

¿La gente está un poco adormecida?

También porque no ha conocido la dictadura, no ha conocido la falta de libertad, de igualdad, y de oportunidades. Hoy cualquiera prácticamente puede estudiar si quiere. Eso significa que hay más oportunidades y que, por lo tanto, casi todo el mundo es lo que quiere ser.

Ser alcalde es lo más bonito que se puede llegar a ser alcalde de tu pueblo

UNA CALLE Y UNA CELEBRACIÓN

“Sara Hernández es la que ha hecho la gestión, ha hecho el trabajo previo y luego me llamó personalmente a su despacho”. Allí le comunicó la decisión que será ratificada por el Pleno. La calle Ferrocarril se transformará en la Avenida del Alcalde Pedro Castro Vázquez. “Me dijo que lamentaba no haberlo podido hacer antes porque no se habían dado las circunstancias, pero que en este momento lo veía propicio y que creía que era la calle que mejor representaba el trabajo que habíamos hecho a lo largo de ese tiempo como alcalde”.

Una calle por la no se podía transitar, porque la herida de las vías la rompía y que fue soterrada para transformarse en un bulevar. “Ella también estaba en ese proceso, no es un trabajo mío solo, es la decisión de todo un pueblo”. La relación entre la actual alcaldesa y el ex alcalde no siempre ha sido fluida. “Yo era un alcalde consolidado con 28 años de gobierno y ella una persona que empieza y quiere abrirse su hueco, que es lo más natural del mundo. Este alcalde vejestorio que lleva 28 años y que ha hecho un montón de cosas… que Sara quisiera encontrar su hueco en la vida municipal… ¡es que tenía derecho! Y tú te resistes, porque es tu territorio, es tu apuesta, es tu entorno, es tu medio. Lo que ocurrió es lo más natural del mundo: el que llega a buscar su hueco y el que está ahí, que ni de coña lo suelta. Que se produzcan divergencias es lo más natural del mundo”.

Quizá no son los mejores amigos, pero hay una relación de respeto mutuo. Una locura y muchos reencuentros Desde que salta la noticia, el tranquilo mundo de Pedro Castro, salta una vez más por los aires. “Una locura, una locura. No había vivido esto desde hace 30 o 40 años”.

A sus 80 primaveras, se pasea por su pueblo (aunque naciera en Tomelloso, Getafe siempre será su pueblo). La gente le saluda al pasar. “¿Qué pasa, familia?”. Las enhorabuenas se suceden, pero Pedro quiere que el mérito sea colectivo. “Yo no hubiera podido hacer esto solo. Seguramente soy el que he liderado este proceso y por lo tanto en el que se refleja el nombre de la calle, pero el éxito es de todos y cada uno de los ciudadanos que estuvieron cogiendo los autobuses cuando había que ir a Madrid, estuvieron en las manifestaciones o asaltando ese cuartel de artillería con el riesgo de que hubieran disparado…”.

La calle, solamente el anuncio, le está reconectando con viejos amigos, que hoy le buscan para felicitarle. Como aquel con el que compartió asambleas en un Seat 131: “Ahí nos metíamos seis, y esa era la asamblea del Partido Socialista en Getafe”. Uno de esos compañeros se fue a Valencia y le perdió la pista. “Yo creía que había desaparecido, pero esta mañana me ha llamado y me ha hecho llorar”.

Alcaldes de toda España se han comunicado con él, algunos lejanos, otros, como Pérez Ráez (ex alcalde de Leganés) con el que tuvo fuertes diferencias, que me ha dicho que “estaré allí pase lo que pase”. “Se lo decía a Sara, que esto está siendo tremendamente gratificante, que estamos desbordados”.

Quiere darle su espacio a la gente, a toda aquella que compartió su camino en el Ayuntamiento. “Vamos a ver qué inventamos para que cada uno sepa que también es su calle. Porque se la ha ganado”. Bromeamos con la posibilidad de hacer una paella, una celebración que fue una constante en sus años al frente de la Alcaldía.

“Nos hemos metido en un jaleo, Sara y yo, que ya veremos cómo salimos: hemos empezado con mucha ilusión y con un compromiso y una apuesta que hay que hacer realidad. La puesta en marcha de la calle puede ser el lugar de encuentro de miles y miles de personas que hace tiempo que no se han visto”.

Ya veremos si con paella o sin el

Raquel González - Directora Getafe Capital

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.