Un mural por la paz lleno de dolor por Gaza

GETAFE/Sociedad (29/10/2025) – Aída lloró cuando vio el diseño definitivo del que sería el mural por la paz y en recuerdo de Gaza. Lo había dibujado, modificado, adaptado, pero cuando lo introdujo en el programa para darle el toque final, los niños cobraron vida. Su lamento, sus lágrimas, su angustia… era real. No pudo reprimirse.

Unas semanas más tarde es el muro del polideportivo San Isidro el que refleja ese dolor que aún no ha acabado y que lanza un grito unánime por la paz. Dos voluntades se unieron: la de Manila Wall Art (Aída Vila y Manu Martín) que quería reflejar su rabia por el momento internacional que se estaba viviendo, y la del Ayuntamiento de Getafe, que pretendía plasmar su apoyo a la causa palestina.

“Nos dijeron que lo querían enfocar en la paz y para nosotros era muy importante que saliesen niños sin adultos, porque es una de las cosas que más nos rompe el corazón: todos los niños que se han quedado huérfanos, su sufrimiento yendo a por comida”.

La palabra paz enmarcando la destrucción de los edificios completa un impactante mural en el que han trabajado durante semanas y que cubre un muro de 23×10 metros en el Polideportivo San Isidro.

Pintar en gran formato

Un mensaje de paz que incluye el tampón de justa y duradera: “La paz tiene que llevar esa justicia y tiene que estar acompañada de unos mecanismos para que esto no se repita y que en Palestina se pueda vivir en paz y con normalidad”.

Es el mural más grande que han pintado, aunque ha habido actuaciones que suman más metros en conjunto. Pero, ¿cómo es el proceso para crear algo de esta envergadura? “Nosotros tenemos el trabajo dividido: yo hago los diseños y pinto cosas pequeñas y Manu, es el que pinta el realismo. Nos ponemos de acuerdo en el enfoque, yo lo dibujo en la tablet y vamos afinando ese diseño, y lo montamos digitalmente en la pared donde va a ir”, explica Aída. Se escuchan sugerencias, se consensua el diseño, como la aportación que hizo el Ayuntamiento para que apareciese la paloma con una rama de olivo.

Con el diseño ya cerrado, es hora de lanzarlo a la pared: la típica cuadrícula no es suficiente para este sistema, así que se han inventado su propio sistema: “Marcar la pared con unas líneas, con unos garabatos que nosotros entendemos, hacemos una foto, la transparentamos y la ponemos encima de la imagen de la pared con el diseño”. Y a partir de ahí empiezan a dibujar.

Hay que subir y bajar del andamio constantemente para ver la perspectiva. Con spray Manu pinta los colores, las formas, le da profundidad y vida. “Lleva desde los 14 años pintando. El spray le permite difuminar las luces, las sombras, de una manera muy sutil, que a lo mejor con un pincel o una brocha lo consigues igual, pero tardas un poco más”. El hiperrealismo es su fuerte.

Una década de Manila

Manu, getafense de La Alhóndiga, viene “del mundo del grafitti, de la cultura del hip hop”, mientras que Aída, barcelonesa, estudió Dere- cho: “He trabajado en cooperación internacional muy centrada en temas de derechos humanos, valores sociales”. Se conocieron por internet “y nos dimos cuenta que teníamos el interior muy parecido”. El proyecto Manila Wall Art se convirtió en un proyecto de vida, ya como pareja “y justo con este mural celebramos los 10 años”.

Pintan paredes, cuadros, fachadas, interiores, domicilios, empresas… Uno de los proyectos más bonitos es en el que van a colegios donde hacen talleres de prevención de acoso, del racismo… y con lo que aprenden los niños se gesta un mural, una pared colaborativa con la participación de los pequeños. “El arte te sirve como de anzuelo para que los niños te escuchen y se interesen por cosas”.

Participan en ferias del sector de la decoración como Casa Decor o Intergift, colaborando en la puesta a punto de espacios o con piezas propias. ¿Se puede vivir del arte? “Sí, se puede vivir del arte, lo que pasa es que no es fácil, hay que ser imaginativo y tienes que estar proponiendo proyectos, pensando en cosas creativas para innovar, para que interesen”.

La pieza favorita de Aída es un cuadro de gran formato que bajo el nombre de Hope There´s Someone refleja un mal momento que vivió de estrés postraumático. “Es una obra muy autobiográfica”. Manu, sin embargo, tira por el gran formato: “Me quedo con Alicia en el País de Las Margaritas, en el centro cívico de Las Marga- ritas; o si no la de Tamara Rojo en Villanueva del Pardillo”.

 

PAZ, JUSTICIA Y DIGNIDAD

Palomas, talleres creativos, sandías, papiroflexia… la inauguración del mural contó también con lectura de poemas, mensajes por la paz, actuaciones musicales… y un grito unánime en pos de la paz, una paz que no puede existir sin justicia y dignidad. El arte se convierte así en una herramienta para la memoria y la empatía, un mensaje colectivo que une a la ciudad en defensa de la vida, la libertad y la esperanza del pueblo palestino

Raquel González - Directora Getafe Capital

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