
GETAFE/Varios (24/11/2025) – Con el avance del otoño llegan el frío y las primeras heladas a Madrid, momento en el que muchas personas piensan que las plagas desaparecen hasta la llegada de la primavera.
Esto es un error, como saben bien las empresas de control de plagas madrid, ya que con el frío las plagas no se van, sino que algunas cambian de sitio y otras permanecen gracias a los entornos calientes que creamos los humanos.
Ambos son mamíferos que en los meses más fríos en Madrid, de noviembre a marzo, buscan el calor que hay en los sótanos y en los interiores de las viviendas. Por eso, no es raro que los clientes llamen a las empresas que se dedican a luchar contra las plagas, manifestando que hay ratas en el garaje, en las paredes o incluso en los falsos techos.
Aquí, si no tienen comida, se dedican a roer todo lo que encuentran, como el material de aislamiento o incluso los cables. De hecho, llegan a crear problemas eléctricos que pueden ser graves y peligrosos, como los cortocircuitos.
Era una plaga estival, la cual desaparecía durante el otoño y el invierno. Esto ya no es así, puesto que dentro de las casas hemos creado un microclima perfecto para las pulgas gracias a la calefacción. Ahora que las mascotas pasan el día dentro, no es raro que haya pulgas en invierno, aunque por suerte es una plaga que es muy fácil de erradicar con los medios actuales, tanto para aplicar al animal como al entorno.
Al igual que pasa con las ratas y los ratones, las cucarachas buscan refugio en los interiores cuando bajan los termómetros. Lo encuentran en:
Como permanecen escondidas, es normal no verlas apenas, aunque lo cierto es que están ahí y son peligrosas por las enfermedades que pueden transmitir, sobre todo en la cocina.
Esta es otra de las plagas que antes desaparecían con el frío, pero que ahora también se puede ver en invierno por lo calientes que mantenemos los baños. No son peligrosas, pero sí molestas y complicadas de erradicar si están bien escondidas en los siguientes lugares:
Las chinches, una plaga asociada a otro tiempo, han vuelto a ciudades como Madrid. Al darse en los dormitorios, el invierno no es problema para las chinches. Se meten en los colchones y en los muebles, produciendo picaduras que se confunden con las de los mosquitos (una plaga que sí desaparece cuando las temperaturas bajan).