El barrio de las promesas incumplidas

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Los Molinos sigue sin ver cumplida en 2015 la palabra del Ayuntamiento

Transporte limitado con accesos imposibles, ausencia de escuelas o centros educativos públicos, un IBI excesivo, inexistencia de centros de salud o recreativos… El barrio de Los Molinos bien podría pertenecer a una de esas películas en las que el protagonista visita una ciudad abandonada. Sus habitantes no solo tienen que hacer frente a las dificultades que supone el vivir en dicho barrio, sino que sufren día a día bajo la dejadez de un gobierno que promete pero no cumple. En total, cerca de 4.900 personas -según el censo de diciembre de 2014- que ven dificultada su vida ante la imposibilidad de realizar tareas tan cotidianas como hacer la compra, ir al banco o coger un tren. “Tienes que ir al otro lado de la vía para cortarte el pelo, sacar dinero o hacer cualquier cosa”, explica Antonio Gonzalo, vecino de Los Molinos y miembro de la Asociación de Vecinos Los Molinos – Buenavista.

Desde que el Partido Popular llegase al Ayuntamiento de Getafe, los vecinos del barrio han ido viendo cómo sus promesas electorales y las iniciativas de mediados de legislatura han ido no solo quedando en el olvido, sino siendo sustituidas por otras insólitas. “No hay proyectos para crear un centro de salud”, explica Antonio, “pero sin embargo van y nos ponen una iglesia”.

En coche hasta El Casar
Más que irónico es que los vecinos de Los Molinos tengan que usar un coche para poder llegar a la estacióParquesn de Cercanías de El Casar para usar el transporte público. El acceso a la parada de Renfe sigue sin tener paso peatonal, pese a la existencia de un proyecto y un sinfín de promesas que lo único que han obtenido como respuesta es el a mí eso no me toca. El Ayuntamiento se limpia las manos, culpando a la Comunidad de Madrid, pero nadie hace nada y Los Molinos no solo sigue sin poder acceder a El Casar, sino que tampoco pueden contar con líneas de autobuses diurnas y nocturnas que les ayuden a moverse. “Se puede mejorar el tema del transporte alargando las líneas de autobuses que pasan por aquí”, explica Raquel, de la panadería Xana, recordando que “sólo existe uno que te lleva a Legazpi” y que conecte el barrio con Madrid.

Ni escuelas, ni centros de salud…
La mayor parte del censo de Los Molinos está protagonizado por gente de entre 30 y 35 años, a los que se le une una alta tasa de niños (casi 500 pequeños menores de 5 años) Familias y parejas que entre otros problemas ven dificultados actos tan comunes como es el criar un hijo. “Cuando están los niños malos tenemos que ir hasta los centros de Juan de la Cierva o Getafe Norte”, explica Antonio respecto a la ausencia de centros de salud, “y no han dicho nada de construir uno”. “Podrían poner un ambulatorio cerca”, sugiere Mª Ángeles, de la farmacia de barrio, “porque cuando alguien necesita ir a una farmacia va, pero lo otro es más complicado. A la falta de atención médica se le une la ausencia de centros educativos. “Hay una escuela infantil privada, pero nada más”, sigue Antonio, “ni existen proyectos para crear colegios, institutos, ni nada”. Y sin embargo, el programa electoral del PP recogía la ampliación de la red de escuelas infantiles y guarderías, asegurando la creación de una en Los Molinos, pero a principios de este año 2014 se confirmaba su incumplimiento. Pese a la existencia de proyecto y tras haberse realizado los considerables gastos al adjudicatario del mismo, la idea queda en el olvido y, el barrio, sin educación.

PistasEl IBI, otro gasto más
“Nos prometieron que no pagaríamos dos años de IBI y a mí me sigue llegando el recibo”, explica el propio Antonio. El Ayuntamiento, que tanto presume de la bajada del IBI, también se olvidó de su promesa a Los Molinos sobre el evitar un pago excesivo para los vecinos. Gastos con los que no contaban y a los que se les añaden otros como los alquileres. Los Molinos apenas cuenta con calles comerciales, y los pocos locales que existen se ven en problemas a la hora de poder mantener su posición. “El barrio va despacio y hay poco movimiento de comercio”, cuenta Santiago, el dueño del bar El Molino, “deberían bajar el precio del los alquileres y tal vez así abrirían más tiendas”.

Sin ocio y sin cuidados
Es año 2015 y las elecciones municipales se acercan. El Ayuntamiento se pone en marcha para lavar su imagen y los camiones trabajan para construir unas pistas deportivas que mucho difieren de las zonas deportivas y polideportivos prometidos. “Las van a hacer porque hay elecciones, y así parece que han hecho algo”, asegura Antonio. Unos terrenos que no ocultan la falta de centros culturales, bibliotecas o centros cívicos que promuevan el ocio de Los Molinos. Junto a ello, la existencia de parques infantiles mal cuidados, rodeados de arena con rastrojos que a nadie del Ayuntamiento parecen preocupar. “Tendremos 10 o 15 jardineros. Cuando se ponen a cuidar una zona, la otra ya se ha estropeado”. Complicaciones para el entretenimiento infantil que tampoco parecen solucionarse dentro del os pequeños recintos recreativos. “Dijeron que iban a poner suelo de caucho”, recuerda, “y yo he llamado a LYMA dos o tres veces porque mi hija se ha caído entre la entrada y salida y es como si llamases al Papa».

PSOE Los MolinosLa oposición, junto a Los Molinos
La candidata del PSOE Sara Hernández visitó el pasado 28 de febrero a los vecinos del barrio para tratar los problemas que preocupen a la gente de Los Molinos. Centros de salud, escuelas y, en especial, la carencia de transporte y de accesos al mismo. Algo que UPyD también recogió en un comunicado preguntando al Gobierno municipal sobre la carencia de transporte en el barrio. Lo que a todos preocupa pero que sigue sin respuesta.

Yaiza Díaz - Periodista Grupo Capital