La lógica de la escolarización o la escolarización lógica

GETAFE/El aula sin muros (25/04/2019) – Estos días comienza el periodo de escolarización con la zozobra de las familias por saber si encontrarán la plaza escolar que necesitan para su hijo o hija, si se habrá construido la escuela infantil, si el centro de su barrio continuará en obras o si habrá un instituto cercano que se adapte a las necesidades de sus hijos.

Tampoco el profesorado sabrá si les reducirán aulas o se crearán aulas nuevas sin criterio ni lógica aparente.

¿Por qué un año se cierran aulas en un centro y al año siguiente se crean nuevas plazas? ¿Por qué en los nuevos barrios no están construidos los nuevos centros cuando se necesitan? ¿Por qué las familias de las escuelas infantiles no tienen asegurada de antemano plaza escolar en un centro público, al iniciar la educación primaria? ¿Por qué se suprimieron las antiguas comisiones de escolarización? ¿Por qué se impuso la zona única para cada localidad?

Las familias y el profesorado tenemos la sensación de que todo es caos e improvisación. Nada más lejos de la realidad, es un caos pero organizado; todo gira en torno al declarado objetivo de la actual administración educativa, la “libre elección de centro”, que en la práctica es la “libre elección de alumnos”. ¿Qué libertad de elección de centros tienen las familias cuando no se han construido en sus barrios los centros públicos necesarios? ¿Qué opción tienen las familias de los barrios en los que todos los centros están adscritos al, mal llamado, proyecto bilingüe (nota) de la Comunidad de Madrid?

Esta incertidumbre endémica lleva a que las familias y las direcciones de los centros públicos adopten la máxima de “sálvese quien pueda”, a intentar solucionar su situación particular sin calibrar, a veces, el interés general, a venderse como centro especializado en “lo que sea”: centro tecnológico, bilingüe o de excelencia.

Tanto la administración local como la autonómica disponen de datos demográficos precisos que permitirían organizar el proceso de escolarización de forma coherente a corto, medio y largo plazo, y sin embargo cada año se vuelve a caer en la improvisación y la arbitrariedad.

Un ejemplo: el año pasado las familias demandaron crear un aula en el CP Miguel Hernández y no se permitió, este año (polielectoral) sí se ha permitido. ¿El próximo curso qué pasará? Mientras tanto en ese mismo barrio hay dos centros con escaso nivel de escolarización y serio peligro de extinción.

Hubo un tiempo en el que en Getafe se reunían de forma periódica las direcciones de los centros públicos, la administración local y la administración educativa (autonómica) representada por la inspección. Se tomaban decisiones de forma conjunta respecto a escolarización, creación o supresión de plazas escolares, aspectos pedagógicos, coordinación entre los distintos niveles educativos, etc. Existía la zonificación múltiple y las familias tenían claro cuáles eran sus centros de referencia cuando sus hijos e hijas accedían a un nivel educativo superior.

Existían comisiones de escolarización decisorias, en las que estaban representadas las administraciones local y autonómica, las familias, a través de las AMPAS y el profesorado a través de los equipos directivos y representantes sindicales, de forma que todos los sectores estaban comprometidos en la escolarización, participaban en las decisiones y se responsabilizaban de ellas. Prevalecía el interés general sobre los intereses particulares o corporativos.

¿Por qué esto no es posible en la actualidad? ¿Por qué la administración local y autonómica no se ponen de acuerdo en cuestiones tan importantes? Quizás porque prevalece el interés partidista sobre el general y porque cuanto más caos educativo y más incertidumbre más engorda la escuela privada.

La zonificación única se impuso porque la enseñanza concertada, no quiere verse sometida a la obligación de acoger a todo tipo de alumnado y prefiere pescar en caladeros más amplios. Hubo un tiempo (al que antes nos referíamos) en el que los centros públicos mantenían la zonificación múltiple, de forma que cada barrio tenía asignado centros educativos de referencia para cada nivel: infantil, primaria y secundaria y los centros concertados zonificación única, por razones de mercado. Al final prevaleció el criterio mercantilista y, el gobierno autonómico del Partido Popular, impuso la zonificación única para todos.

Desde el ámbito de la Escuela Pública consideramos que lo más lógico es que cada niño acuda a la escuela infantil de su barrio, continúe en el colegio de su entorno y acuda al instituto más cercano. De esta manera estará en contacto con su entorno, se relacionará con los niños y niñas de su zona, con independencia de creencias, procedencia o clase social. El alumnado podría acceder a pie o en bicicleta a su centro y se evitaría el trasiego automovilístico matutino y vespertino, que en algunos casos (más en centros privados) puede llegar al colapso. De esta forma los casos extraordinarios, de aquellas personas que por razones justificables necesiten salir de su barrio, son más fácilmente integrables. Esto lógicamente exige que todos los barrios tengan las dotaciones educativas y los accesos pertinentes y conseguir que el centro público de cada barrio tenga las condiciones óptimas, con todos los recursos necesarios y los profesionales cualificados que garanticen una educación de calidad para todos y todas.

También proponemos, porque supondría un importante avance cualitativo, la creación de centros 0-18, para que las familias tengan segura la continuidad de sus hijos desde el inicio de la escolarización hasta el final. Esta estructura permitiría además una coordinación pedagógica entre los distintos niveles educativos y por tanto una mayor coherencia y eficiencia educativa.

Durante estos últimos años desde la Plataforma por la Escuela hemos propuesto a la administración local la necesidad de favorecer esta opción. Con esta idea, el ayuntamiento negoció con la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid para que en el barrio Buenavista se pudiera crear un centro 0-12 (para empezar), sin embargo, la administración autonómica, después de un tiempo de dilación, decidió que no era viable. ¿Alguien puede entender que los centros privados puedan configurarse como 0-18 y los centros públicos no? “La respuesta está en el viento” que diría Bob Dylan.

Esperamos que en algún momento nos encontremos con un gobierno autonómico más propicio para la Escuela Pública, mientras tanto, a expensas de los resultados de las próximas elecciones municipales y autonómicas, proponemos a la administración local que favorezca la opción 0-18, promoviendo dotaciones educativas necesarias en cada barrio, para cada nivel y cediendo las correspondientes parcelas de suelo público con criterios de proximidad y suficiencia.

¡Señoras y señores candidatos a las próximas elecciones municipales autonómicas!: permítannos recordarles que la política educativa no puede ser unilateral ni arbitraria, que debe buscar la colaboración entre administraciones (aunque sean de partidos diferentes) en beneficio de la mayoría y que es conveniente buscar la participación de la comunidad educativa y la ciudadanía en general, para ser más eficientes y que todos nos sintamos partícipes y responsables de este proyecto común que es la educación.

  • Escuela Abierta es un movimiento de renovación pedagógica (MRP) que surgió en Getafe en el año 1981 y que tiene entre sus objetivos la construcción de un modelo de Escuela Pública universal, gratuita, inclusiva, científica, pacifista, ecológica y laica.
  • Para más información mirar en la sección de El aula sin Muros nuestro artículo, del 11 de febrero de 2019, El bilingüismo y el diésel de Esperanza Aguirre.
Redacción Getafe Capital