¿Un contrato de detectives o de publicidad?

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Los vigilantes caninos los subcontrata una empresa de publicidad de Vallecas. UPyD sospecha del objeto final de este contrato

A bombo y platillo se presentó en el Ayuntamiento una novedosa iniciativa: detectives profesionales para buscar a los dueños de animales que no recojan las cacas de los perros. Si no fuera porque se presentó con pompa por el alcalde Juan Soler, podría haber pasado por una broma. Pero los 45.000 euros que se han destinado a esta iniciativa no son ningún chiste.

El tema ya levantó suspicacia desde su presentación a mediados del mes de octubre: “Uno o dos detectives” se distribuirían en los ocho distritos de Getafe, con especial atención a “las zonas calientes”, tratando de recabar pruebas gráficas, en vídeo, de la infracción. Los vigilantes avisarían a la patrulla más cercana de la policía y se tramitaría la sanción. En la práctica, ¿qué ha pasado? Según la respuesta del concejal de Medioambiente y responsable de la empresa municipal LYMA que ha realizado el contrato, apenas trabajan 4 horas a la semana. Las matemáticas hablan por si solas: seis meses de contrato, a razón de 4 horas semanales y 45.000 euros totales, hacen un total de 400 euros la hora. Los detectives además no han registrado ninguna prueba gráfica. De hecho, la docena de expedientes que se han abierto a instancias de los detectives lo más probable es que no acaben en sanción: no tienen presunción de veracidad y el policía que firma el informe se limita a señalar las diferentes versiones, sin que en ningún momento se pueda probar nada.

Otra cosa diferente es que desde el Ayuntamiento, quizá para incrementar el número de expedientes abiertos, se hayan puesto policías de paisano a los que se les paga horas extra para cubrir el trabajo por el que supuestamente se pagó a la empresa adjudicataria. Si se trataba de sancionar a discreción, no hacía falta el gasto en los detectives, se podía haber invertido directamente en policías.

El contrato, a una empresa de publicidad
Reinó el silencio en la presentación cuando GETAFE CAPITAL preguntó a Juan Soler quién era la empresa adjudicataria. Nadie parecía saberlo. Es ahora cuando el propio concejal de Medioambiente ha desvelado que se contrató a Mediarecord Scorpio SLU a través de un negociado sin publicidad donde las tres empresas invitadas eran especialistas en… publicidad y eventos.

Esta empresa está radicada en el barrio de Vallecas, de donde también procede Miguel Garzón, hasta hace unas semanas jefe de Gabinete de Alcaldía y ahora gerente de GISA. El administrador de la empresa muestra en su perfil de Facebook numerosas fotos propias de uno de los eventos que se ha realizado desde la Delegación de Mujer: la senda de velas y el árbol de los deseos que conmemoraban el día contra la violencia de género en noviembre de 2012. Cabe preguntarse si esta empresa también se encargó de realizar esta actividad. No se conoce si hay más contratos firmados con Mediarecord Scorpio previos al de los detectives caninos, aunque fuentes cercanas han asegurado a este periódico que la relación con el Partido Popular de Getafe fue cercana en las pasadas elecciones.

Soler “no sabe nada”
A pesar de haber sido él mismo el que presentara esta iniciativa, Juan Soler aseguró no conocer nada del contrato firmado con Mediarecord Scorpio. “Doy por supuesto que todos los contratos están correctamente y están informados por intervención y secretaría. Si es un contrato de LYMA, lo sabré todavía menos, porque como saben, delego en los gerentes, e imagino que tendrán más información. No lo conozco, pero UPyD se ha caracterizado por no entender bien los contratos cuando los ha leído”.
A través de otros medios, el Ayuntamiento ha explicado que el contrato constaba de tres patas: la distribución de folletos informativos, los actores que pasearon disfrazados de detectives y la propia contratación de los detectives.

La pregunta incómoda de UPyD
UPyD lanzó una pregunta al Pleno ante las sospechas que de entrada levantó este contrato, sin demasiada esperanza de que fuera respondida. No fue así y es “una de esas respuestas buenas, porque dice lo que queríamos. Aclara bastantes cosas, que hacen pensar que hay que seguir profundizando porque deja mucho más en cuestión”, explica Esperanza Fernández.
“Este contrato para cualquier ciudadano se ve como un derroche. ¿Qué sentido tienen estos 45.000 euros para detectives caninos cuando hay métodos mucho más efectivos que usan otros ayuntamientos para el problema de las heces caninas?”. El contrato ni siquiera lo ha podido ver, ni siquiera los pliegos de condiciones aparecían en la página web de LYMA.  “De las denuncias realizadas se deduce que cada una nos ha salido carísima. Estamos hablando de 1.250 euros por denuncia. Si este contrato va encaminado a ello es un disparate”, con ese gasto de 400 euros/hora del detective.

Pero la portavoz de UPyD tiene más dudas: “¿Por qué se invita a empresas de publicidad para hacer un trabajo de detectives? Segundo, el detective si efectivamente existen detectives que hacen ese trabajo, no pueden sancionar directamente ni hacer ninguna actuación, sino que tiene que avisar a la Policía Local, que cuando llega posiblemente ni esté allí el dueño ni nada. Es un absurdo de arriba abajo”.

Subcontratar un servicio ya supone un sobrecoste para la administración. “Lo lógico es que el adjudicatario sea el que haga el trabajo, a no ser que estuviéramos hablando de una obra de mucha envergadura, como la construcción de un edificio. Pero aquí estamos hablando de un contrato que no tendría que ser motivo de subcontratación”. Y va más allá. “En el momento en el que sale, llamando a empresas de publicidad, ¿qué significa esto? Si el contrato es de detectives, ¿estamos pensando en una subcontratación o es que realmente el objeto real o a quién se quiere dar el contrato es a una empresa de publicidad para otra cosa que no son los detectives caninos? Nos cuestionamos la propia adjudicación a empresas de publicidad, el coste, y qué es lo que hay detrás de este contrato, que es de los más opacos, aunque parezca un contrato de mero derroche, que ya es importante. Parece que hay una tapadera de otra cosa, o por lo menos cosas raras”. Ahí quedan más preguntas incómodas.

Raquel González - Directora Getafe Capital