Los despedidos de LYMA se rebelan

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GETAFE/Sociedad (03/02/2017) – Los despedidos de LYMA, ahora ya 25 después de los tres expedientes abiertos que se han cerrado esta semana con nuevas rescisiones de contrato, comienzan a movilizarse reclamando la readmisión. Consideran que su despido, que se produce tras la investigación llevada a cabo por las irregularidades cometidas en el cobro de las ayudas sociales a las que los trabajadores municipales tienen derecho, y donde se detectaron facturas falsas, se produce sin que «los hechos hayan sido suficientemente esclarecidos como para justificar la sanción». 

Califican de «mano dura ejemplar que pocas veces se ha visto» la resolución tomada, y acusan a la empresa de que «en ningún momento se ha realizado un control, seguimiento y comprobación de la veracidad de dichas facturas». De tal forma que «la empresa reconoce haber abonado facturas que a simple vista son incorrectas y defectuosas». A pesar de que muchos reconocieron ante la propia empresa la irregularidad de las facturas, en el manifiesto se agarran a que no ha quedado demostrado «que las facturas correspondan a los afectados ya que no ha existido en ningún momento el control que requiere la gestión del dinero público».  Y añaden: «Podemos ser culpables de no avisar del ingreso y de haber utilizado ese dinero para salir del bache, pero nunca de forma egoísta y manipuladora».

Derivan la responsabilidad a «la mala gestión de los responsables de la empresa» y consideran que a ellos se les ha «crucificado». Creen que existiendo otras alternativas sancionadoras como la suspensión de empleo y sueldo «la decisión tomada ha sido excesiva y desproporcionada«. Y se plantean: «Si a estos trabajadores se les impone la más grave sanción como es el despido, ¿qué sanción queda para aquellas personas que permitieron el abano de unas facturas manifiestasmente defectuosas? Si los responsables del dinero conocían lo que ocurría y permitieron que ocurriese son responsables de estos hechos, pero si estos responsables del dinero no conocían lo que estaba ocurriendo delante de ellos también son responsables por su propia ineptitud y negligencia». 

Siembran dudas sobre «¿qué deficiencias que oculta la empresa municipal para que se cargue contra los más débiles?» y se preguntan también cómo gestionan los políticos esta empresa.

Junto a la recogida de firmas los afectados han convocado concentraciones frente al Ayuntamiento a partir del lunes 6 de febrero a las 11 de la mañana. Las concentraciones se sucederán durante varias semanas.

Raquel González - Directora Getafe Capital

4 Comments

  1. Daniel

    16 mayo, 2017 at 19:18

    También deberían investigar a los corruptos como jefes de servicio que desvalijaron los puntos limpios vendiendo los materiales de más valor a terceros y los que sacan los vehículos llenos de materiales para venderlos en chatarrerías a los que roban en colegios y guarderías el dinero de los niños para su propio lucro eso también es dinero del Ciudadano

  2. kojelet

    4 febrero, 2017 at 20:10

    ¿será producto del enchufismo? Vendría bien una limpieza en esta empresa que puede que se dedique a limpiar pero que huele mal su sistema de contratación.

  3. Isabel de la Paz

    3 febrero, 2017 at 18:04

    Los despedidos de LYMA se revelan… como unos auténticos jetas que no han visto la vergüenza ni en la tele y encima de robar el dinero de todos tienen la desfachatez de faltar al respeto a los trabajadores cumplidores y a la inteligencia de todos. ¿No se los puede despedir dos veces?

  4. Asinhayma Nera

    3 febrero, 2017 at 12:47

    No entiendo nada ¿Les gusta rebozarse en su propia estupidez?
    Si han cometido un DELITO, se les ha sancionado del modo que establece la ley y después de todo eso, la empresa estaba dispuesta a rebajar un poco la sanción de un modo discreto, a los que no hubieran sido reincidentes o enredado a otros a hacerlo y ahora salen poniéndose chulos. Quizá no sea lo más inteligente.
    Parece que la inconsciencia que les llevó a cometer el fraude con era puntual, es algo más patológico.