GETAFE/Reportaje (05/12/2023) – Era un sueño, pero comienza a ser una realidad. Las actuaciones en el río Manzanares avanzan, se coordinan y el futuro de este espacio medioambiental comienza a cobrar forma. Ministerio de Transición Ecológica, Confederación Hidrográfica del Tajo, Ayuntamiento de Getafe y LYMA, así como otros organismos implicados, trabajan codo con codo para dar forma a la propuesta que también implicará senderos, caminos para bicis o zonas estanciales.
Con planos en la mano, pisando barro y bajo un soleado día de noviembre. Así se trabajó durante toda la mañana sobre el terreno en las márgenes del río Manzanares. Lo que empezó hace unos años con un pequeño guión de renaturalización, de limpieza de las orillas y eliminación de vertidos, hoy es un macroproyecto que implica a todas las administraciones competentes que superponen ideas sobre los 10 kilómetros que tiene el cauce desde sus límites con Madrid hasta su salida en Rivas. Al dinero del Ayuntamiento se suma el del Ministerio aumentando la envergadura de las actuaciones.
Se visitaron puntos de avistamiento del proyecto, con planos topográficos y con los documentos visuales que ya había proporcionado un dron que había dado testimonio real de la situación actual del río en todos sus puntos. Sobre el terreno estaban representantes del Ministerio de Transición Ecológica, de la Confederación Hidrográfica del Tajo, del Ayuntamiento de Getafe y LYMA, así como empresas públicas implicadas en el proyecto como TRAGSA, o propietarios de los terrenos colindantes. Incluso la Comunidad de Madrid se acercó a la visita: en las actuaciones también estará incluido el Parque Regional del Sureste. Aún está por determinar si entran en alguna fase del proyecto. Consultarían a “los mayores”.
La visita sirvió para tener una visión más cercana de cómo coordinar todos los proyectos que se superponen: desde el propio río, sus márgenes y los 5 metros de servidumbre que es el espacio mínimo de protección pública, hasta los 30 que planea el Ayuntamiento poner a disposición para crear parques, senderos, caminos para bicicletas, zonas estanciales, espacios culturales de uso y disfrute y sobre todo de renaturalización.
Se observa el cauce del río y se contempla la posibilidad de reconducir algunas zonas y crear algunos humedales, lagunas e islas, que puedan absorber las crecidas que cada vez son más frecuentes y que inundan espacios aledaños. Pero también hay que prever la necesidad de que el flujo de agua sea constante y permita mantener los humedales, sin ser un foco de estanqueidad. Las experiencias previas en ríos similares al Manzanares han dado buen resultado y “sirven de disipación de energía, de crecidas y tendrían unos importantes valores ambientales”, explican los responsables que ven en los meandros del río una oportunidad. “El cauce de aguas bajas se puede desplazar. Cuando hay avenidas, se producen erosiones en un sitio, alimentaciones en otro y se va moviendo. Abrimos esos brazos y recuperamos zonas por donde el agua pueda pasar ordinariamente”.
Más agua y con ella más árboles que permitirán asentar y recuperar un terreno degradado y poco transitable. Los márgenes tienen escolleras que necesitan ser reacondicionadas “como se ha hecho también en Madrid Río”, sin provocar perjuicios: hundirlas en tierra, plantar encima. Se presta atención también a algunas especies invasoras como cañas, aspecto que habrá que tener en cuenta en las actuaciones a desarrollar. El objetivo es totalmente opuesto a lo que se ha hecho históricamente en el río. “Se pretendía proteger el margen y evitar que se produjeran erosiones, mantenerlo estable en una zona, pero ahora el proyecto va en sentido contrario”. Dejar que fluya de forma natural, que la naturaleza haga su trabajo y el río recupere su esplendor.
Se recuperarán las márgenes del río de dentro hacia afuera, primero cuidando las aguas y luego con diversas bandas de plantaciones. Las halófitas, plantas acuáticas, y las saucedas, serán las primeras; luego se completarán con alamedas, y también fresnedas y olmedas, para crear bosque de vega. La cuarta banda de plantación sería una zona de encinar y se incluirían reservas de polinizadores.
Esta apuesta medioambiental se tendrá que equilibrar con las zonas de esparcimiento para que los vecinos puedan disfrutar del espacio, con sendas y varias pasarelas que permitan hacer un recorrido circular: ir por un camino y volver por la vereda contraria. Potenciando también el valor sociocultural de este espacio, donde se encuentran yacimientos arqueológicos.
La recuperación del Manzanares en estos 10 kilómetros permitirá un hito: que desde Getafe se pueda ir por senderos medioambientales hasta El Pardo, pasando por Madrid Río y completando la recuperación de un río históricamente degradado. Todos los equipos se han emplazado para principios de diciembre, esta vez en los despachos, para cerrar el proyecto que redactará el Ministerio y coordinar las actuaciones de cada una de las entidades. “Cosas sencillas, pero que no sean solo sobre el papel, que poco a poco vengan aquí las máquines, que haya gente plantando, voluntarios…”. La participación de la gente, de las asociaciones del municipio, también será fundamental en la configuración del nuevo espacio. Con una realidad: Getafe Río ya está aquí.