Hace mucho tiempo que se nos ha ido la pinza

«No paro de preguntarme el porqué de la situación actual de la Atención Primaria. Es mucha casualidad que sean tantos pacientes los que vienen por el mismo motivo… No entiendo por qué se continúa con la asistencia telefónica, no entiendo por qué un usuario no puede acceder libremente a su centro de salud, se les criminaliza por ello…

  • ¿Qué nos está pasando?
  • ¿Se nos ha ido la vocación de repente?
  • ¿Dónde está la empatía con el que nos necesita?

El miedo bloquea, lo entiendo, pero no es motivo para que se esté desmembrando el primer nivel asistencial… Nosotros de esta manera le estamos faltando el respeto a la MEDICINA.»

Alicia Bedmar. Médica de Familia. 28 de agosto 2020

GETAFE/Tribuna con acento (23/10/2020) – Pues que queréis que os diga; que muchos lo compartimos al 200%. Hace mucho tiempo que se nos ha ido la pinza y a unos mucho más que a otros. Esa es mi opinión y la de muchos compañeros.

No tan claro, pero ya lo dije en el reportaje de Getafe Capital: algunos se estaban desengañando con las consultas telefónicas (salta a la vista que en general se tarda más y que se trabaja por dos veces).

Al empeño en no hacer las consultas presenciales necesarias habría que sumar el de evitar las visitas pertinentes a los domicilios…

El cambio que se está dando en la medicina de la Atención Primaria (AP) madrileña desde antes de la pandemia -en algunos centros de forma alarmante-, no va por el buen camino. Intenta resolver situaciones personales a costa de todo lo que rodea: pacientes, usuarios, compañeros de equipo, el modelo y la esencia de la AP, el Sistema Sanitario…

Hemos pasado de un extremo al otro. Si antes todo el esfuerzo recaía en el profesional de forma que el sistema se sostenía gracias a ellos, ahora se pretende que sea el sistema el que esté prácticamente a su servicio. Si malo era lo anterior, peor es lo de ahora. ¿Qué estamos consiguiendo? El sistema continúa sosteniéndose gracias a los trabajadores (ya vale de huir de lo que somos, recurriendo exageradamente a nuestra condición de profesionales no se sabe muy bien con qué intención… o tal vez sí). ¿De verdad nos beneficia el recurso a nuestra profesionalidad o a nuestra vocación? Pero parece como si meter en la ecuación ‘otros elementos’ nos reconfortara. Es el «nos calentamos todos o le pegamos una patada a la estufa» y claramente la estamos pateando de forma que todos nos vamos a quedar con los huesos quebrados.

Siempre lo he dicho a quien ha querido escuchar: intentar arreglar la AP con los mismos mimbres no es buena estrategia. Si la manta es corta, por mucho que tiremos de ella seguirá siendo la misma manta y a alguien se le quedará el culo pajarero. En este caso serán los USUARIOS, los EQUIPOS y la ATENCIÓN PRIMARIA. Ejemplos hemos tenido: el asumir nuevas competencias y tareas sin aumentar los recursos, y más recientemente, conciliar a toda costa sin pararse a mirar, quienes somos, de dónde venimos, a dónde vamos, a quién nos debemos o a quienes perjudica, el intento fallido -a dios gracias- de la reorganización horaria (los famosos catorce pilotajes),… el acuerdo que condujo a la desconvocatoria de huelga de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS) y muchos más.

El no haber sido conscientes de que el no haber dicho «NO» tantas y tantas veces, ha hecho que llegásemos a una situación insostenible de sobrecarga de trabajo y estrés, ganada a pulso. Nunca se debía haber permitido llegar al extremo de sentir que la solución era un plante como el que se está dando desde aproximadamente un par de años, al estilo de «hasta aquí hemos llegado» cuando lo suyo era haber dicho a cada ocasión que lo hubiera requerido, un no, otro no, y otro más… y así desde hace más de una década; tantos como hubiera hecho falta. Hemos llegado a la situación que se ha consentido y, muchas veces provocado, por desidia o intereses (hay que decirlo con toda su crudeza y siendo plenamente conscientes).

Como bien dice Alicia Bedmar, se está desmembrado la AP y todos seremos responsables de ello. Los palos de ciego traen estas consecuencias. Aún estamos a tiempo de cambiar las estrategias. Hacen falta:

  • Otros mimbres (financiación y voluntad política fundamentalmente).
  • Otra actitud menos transigente con las decisiones y órdenes políticas, la mayoría de las veces recortadoras o exprimidoras, tanto de la Comunidad de Madrid, como de la Consejería de Sanidad, la Gerencia de AP y sus mandos intermedios de tres al cuarto, las DA, aprendiendo a decir «no» en el momento y no tratar de aportar soluciones a los problemas que solo ellos han creado, y que muy inteligentemente buscan de forma premeditada.

Nuestras soluciones no pasan de ser parches que les viene como anillo al dedo a sus fines. Estas soluciones nuestras, suponen asumir sus políticas y darles, de alguna manera, nuestro visto bueno (en román paladino, además de putas ponemos la cama). ‘Soluciones’ que se van sumando a otras que les habíamos dado anteriormente y a las que se sumarán las que les demos en el futuro. ¡Nunca más soluciones paliativas! por bien que nos vengan en el corto plazo. Hay que desterrar de una vez por todas el “ya que… por lo menos que…”, es nuestra perdición, la del primer nivel asistencial y la de la población que atendemos.

  • Unión, solidaridad y apoyo mutuo para conseguir los objetivos comunes, pero también los propios de cada colectivo que conlleven mejoras directas o indirectas para todas las partes, incluida la Sanidad Pública y sus usuarios.

Y volviendo a la pandemia y al artículo inicial; el miedo bloquea – por ejemplo, qué sentido tiene haber tenido abiertas todas las ventanas de par en par con el aire acondicionado puesto en verano pasando calor o con la calefacción puesta pasando frío, cuando con abrir quince minutos cada una o dos horas es más que suficiente -, hay que asumir que nos ha tocado vivir esta tragedia como lo que somos: sanitarios.

Nos ha tocado estar en el peor lugar que se puede estar en una pandemia. Asumámoslo y a partir de ahí afrontémoslo.

Podemos mejorar y lo haremos, pero no por la senda que nos ha traído hasta el infierno. La clave está en saber decir “NO” a su debido tiempo y que en el futuro los prebostes sepan de nuestra determinación.

Redacción Getafe Capital

1 Comment

  1. Antonio Calvete

    23 octubre, 2020 at 19:09

    ¡Cuánta razón tienes, compañero!
    Financiación y voluntad política, por supuesto. Y “zapatero a tus zapatos”, que en este caso significa que como los que mandan no saben, han de dejarse asesorar por los que saben de medicina, de enfermería, de salud pública… No por los que hacen números para mejorar “su negocio”.
    La Atención Primaria ha de volver, con toda urgencia, a ser presencial, hay que desterrar la atención telefónica. Pero este es solo uno de los elementos que han de cambiar para que, como se viene diciendo desde Alma Ata, sea la columna vertebral del Sistema Sanitario.