Una opinión de Getafe

 

GETAFE/La piedra de Sísifo (27/10/2020) – No me gustaría pecar de soberbia, o de un aldeanismo mal entendido, a la hora de reaccionar a la coz gratuita propinada por un tal José Luis G. Gómez, en la Opinión de Málaga, a Getafe en la apertura de su crónica sobre la XIII edición de nuestro Getafe Negro, festival de novela policiaca que ya circula a velocidad de crucero en los círculos nacionales e internacionales que envuelven este tipo de eventos.

Siendo sincero, quizá no mereciera la pena responder a este personaje, más allá que con algún tuit sarcástico, por aquello de no dar demasiado protagonismo al juntaletras en cuestión pero, claro, cuál es la alternativa, hablar otra vez de la ínclita presidenta regional que, aunque daría para una tesis sobre disfunciones cognitivas, ya aburre en su constante desafío y desprecio a la lógica, la cordura y la responsabilidad que se le suponen a un gobernante.

El caso es que nuestro “hijo predilecto” José Luis, se complace en afirmar que hay pocas ciudades menos acogedoras que Getafe. Cada uno cuenta la feria según le va, y lo ilustra con otro par de coces a Parla y Valdemoro (¿se llama José Luis o Horse Luis?). Quiero creer que, quizá, haya tenido alguna experiencia desagradable en nuestra ciudad, como a cualquiera pueda ocurrirle en Málaga, y no por eso tener que liarse a repartir mandobles a una ciudad tan maravillosa.

También, posiblemente fruto de una personalidad bipolar, comienza con un tantarantán a Lorenzo Silva, como rostro público de la organización del festival, para luego alabar su buena organización. No sé qué pensar.

Tampoco descarto que, al celebrarse Getafe Negro este año en modo virtual, por motivos que a nadie se nos escapan, el tal Horse Luis se haya sentido tan frustrado de no poder realizar su anual escapada otoñal a nuestra ciudad, pasear por sus concurridas calles, disfrutar de su variada y notable oferta gastronómica, charlar con sus vecinos o ser espectador de  cualquiera de los espectáculos de su completo catálogo cultural. Abundando en esta tesis, es más que probable que, igual que la zorra que no puede alcanzar su anhelado racimo de uvas, él se vuelva con desdén afirmando que no están maduras o que no somos una ciudad acogedora.

Leyendo la segunda parte de su crónica se me ocurre otra teoría. Quién puede dudar de que el festival le encanta. Su programa interesante, potente y ambicioso se supera cada año. Los invitados son de primer nivel y la organización acaba siendo impecable. Lo que verdaderamente le molesta no es Getafe, ni su hospitalidad, ni nada parecido. Lo que no nos perdona es que el Getafe Negro, no se celebre en su ciudad bajo el nombre de Málaga Negro. Todo lo demás es rabia incontenida expresada con sublime torpeza.

No importa, policías, asesinos, detectives, sicarios, femmes fatales, y demás fauna del género, son un espléndido entretenimiento, no falto de encanto, que alimenta otra faceta imprescindible para ser felices, el ocio. Pues, a ello…